- Fue un capítulo muy nostálgico – dijo
Marlene -…yo quiero leer el siguiente si no hay problema –
Al ver que nadie decía nada con un Accio no verbal convocó el libro.
-Bueno, espero no me estés interrumpiendo
Black - fulminaba con la mirada al pobre ojigris menor.
- Pero nena… no he dicho nad…-
- Chiton… el capitulo se llama Nicolás Flamel -
- Sabia que lo conseguirían - murmuraban
varios
Los chicos del trio dorado se miraron entre
ellos, seguro les daría mucha gracia la manera en la que resolvieron el
misterio de Flamel
Dumbledore
había convencido a Harry de que no buscara otra vez el espejo de Oesed,
- Gracias profeseor, de verdad - le dijo Lily
mientras James asentía sonriente.
y
durante el resto de las vacaciones de Navidad la capa invisible permaneció
doblada en el fondo de su baúl.
La sonrisa de James desapareció,
- Eso es un ultraje… -
-… un escandalo - le secundaba Canuto, Sirius
asentía vigorosamente.
Nadie les hacia caso mas que los gemelos
Prewett y Weasley que pensaban que era un desperdicio.
Harry
deseaba poder olvidar lo que había visto en el espejo, pero no pudo. Comenzó a
tener pesadillas. Una y otra vez, soñaba que sus padres desaparecían en un rayo
de luz verde, mientras una voz aguda se reía.
Harry hizo una mueca, ya no recordaba eso.
—¿Te das
cuenta? Dumbledore tenía razón. Ese espejo te puede volver loco — dijo Ron,
cuando Harry le contó sus sueños.
- Si Ron tenía razón es porque seguramente era
algo grave - decía Ginny haciendo reír a los bromistas
- Exactamen… ¡Oye! -
Hermione,
que volvió el día anterior al comienzo de las clases, consideró las cosas de
otra manera. Estaba dividida entre el horror de la idea de Harry vagando por el
colegio tres noches seguidas («¡Si Filch te hubiera atrapado!») y desilusionada
porque finalmente no hubieran descubierto quién era Nicolás Flamel.
Minerva y los demás profesores asentían de
acuerdo con la chica.
- Te pudieron haber atrapado - se defendía la
chica.
- Y matado - dijo Gideon
- O peor… expulsado - se escandalizaba Fabian,
Ron miró mal a sus tíos mientras muchos reían por lo que decían los gemelos.
Ya casi
habían abandonado la esperanza de descubrir a Flamel en un libro de la
biblioteca,
- Es que si esta, solo que no lo buscan en el
libro adecuado - decía Dorea. Harry le sonrió a su abuela
…aunque
Harry estaba seguro de haber leído el nombre en algún lado.
- Pero de nada te sirve si no recuerdas donde…
- decía frustrado Canuto.
- Black… se supone que eres auror, ¿cómo es
posible que no lo recuerdes? De Harry se entiende porque tiene meses que lo
leyó peo nosotros lo hicimos ayer.
- Nosotros no hicimos nada ayer McKinnon - le respondió
con sonrisa burlona poniendo a la chica toda roja recordando la plática que
habían tenido en la noche ella, Dorcas y Hestia.
- ¡Me refiero a la lectura Black! - y siguió
leyendo.
Cuando
empezaron las clases, volvieron a buscar en los libros durante diez minutos
durante los recreos.
- Espero que esa dedicación la usen en las
clases - les digo Minnie, Molly y Lily asentían.
Harry
tenía menos tiempo que ellos, porque los entrenamientos de quidditch habían
comenzado también.
- La esclavitud disfrazada de entrenamientos -
dijo Fred
Wood los
hacia trabajar más duramente que nunca. Ni siquiera la lluvia constante que
había reemplazado a la nieve podía doblegar su ánimo.
- La lluvia, temblores, nevadas…-
- … nada lo detenía - se quejaban con
exageración los gemelos Weasley
Los
Weasley se quejaban de que Wood se había convertido en un fanático, pero Harry
estaba de acuerdo con Wood.
Varios miraron a Harry como si estuviera loco,
con excepción Regulus y James que se mostraban completamente de acuerdo. Minerva
ya se veía con el trofeo en su despacho al escuchar la determinación del niño y
su capitán.
- Si queríamos ganar teníamos que entrenar duro
- decía el chico.
Si
ganaban el próximo partido contra Hufflepuff, podrían alcanzar a Slytherin en
el campeonato de las casas, por primera vez en siete años.
Se escucho un gruñido de la mayoria de los
leones de la sala.
- Omitieron ese detalle en su explicación -
decía Charlus ignorando la mueca triunfante de su esposa.
- Les va a dar un infarto cuando se le resten
los 150 puntos a Gryffindor - le susurraba Neville a Hannah.
Además
de que deseaba ganar; Harry descubrió que tenía menos pesadillas cuando estaba
cansado por el ejercicio.
- Y… ¿ahora tienes pesadillas Harry? - le
preguntaba Bill mientras Fleur negaba con la cabeza. Ginny miro mal a su
hermano y Harry olvido la valentía cuando vio a los hermanos Weasley esperando
su respuesta
- Hijo, mi consejo como padre es que o
respondas eso.
- La verdad es que no, despues de que todo
terminó las pesadillas se fueron poco a poco - le respondió Harry inocentemente
Entonces,
durante un entrenamiento en un día especialmente húmedo y lleno de barro, Wood
les dio una mala noticia. Se había enfadado mucho con los Weasley, que se
tiraban en picado y fingían caerse de las escobas.
- Esos son nuestros sobrinos - Molly miro mal
a sus hijos que se hicieron como si Morgana les hablara
—¡Dejad
de hacer tonterías! —gritó—. ¡Ésas son exactamente las cosas que nos harán
perder el partido! ¡Esta vez el árbitro será Snape, y buscará cualquier excusa
para quitar puntos a Gryffindor!
- Pero si a él ni le gusta el quidditch -
decían James, Canuto y Sirius.
George
Weasley, al oír esas palabras, casi se cayó de verdad de su escoba.
—¿Snape
va a ser el árbitro? —Escupió un puñado de barro—. ¿Cuándo ha sido árbitro en
un partido de quidditch? No será imparcial, si nosotros podemos
sobrepasar a Slytherin.
- Pues yo pienso que hay otra razón - decía
Lily, algunos miembros de la orden también pensaron eso. Snape no tenia idea de
porque su yo futuro haría algo así, por lo que supuso que era cosa de
Dumbledore, se preguntaba si, con la llegada de estos libros, era necesario
seguir manteniendo su doble cara, estar en la misma habitación que su mejor
amiga sin poder dirigirle la palabra y decirle la verdad lo frustraba mucho.
El resto
del equipo se acercó a George para quejarse.
—No es
culpa mía —dijo Wood—. Lo que tenemos que hacer es estar seguros de jugar
limpio, así no le daremos excusa a Snape para marcarnos faltas.
- Lo veo imposible, mas aun sabiendo como
favorece a su casa - decía Ted
- Ya me lo imaginé… penalti para Hufflepuff
porque Wood atrapó la quaffle, penalti para Hufflepuff por que uno de los
clones lanzo la bludger al jugador contrario - decía Edgar haciendo reír a los
demás.
Todo
aquello estaba muy bien, pensó Harry; pero él tenía otra razón para no querer
estar cerca de Snape mientras jugaba a quidditch.
- Les recuerdo que nada es lo que parece -
aclaró Harry al ver que algunos iban a reclamarle a Snape.
Los
demás jugadores se quedaron, como siempre, para charlar entre ellos al
finalizar el entrenamiento, pero Harry se dirigió directamente a la sala común
de Gryffindor; donde encontró a Ron y Hermione jugando al ajedrez. El ajedrez
era la única cosa a la que Hermione había perdido, algo que Harry y Ron
consideraban muy beneficioso para ella.
- Con estos amigos… - decía la castaña
mientras les daba un zape a los dos.
- Te hace bien perder de vez en cuando Herms,
no lo niegues - le dijo Ginny sobándole a su novio allí donde había recibido el
golpe.
—No me
hables durante un momento —dijo Ron, cuando Harry se sentó al lado —. Necesito
concen... —vio el rostro de Harry—. ¿Qué te sucede? Tienes una cara terrible.
- Si así te concentras, no quiero imaginar
como será cuando estés desconcentrado - le dijo Regulus, Ron le sonrió, desde
que escucho su historia por boca de Kreacher quiso conocerlo, se dio cuenta que
no todos los Slytherin ingresaban a las filas de Voldemort totalmente
convencidos, este fue uno de los motivos por el que limo asperezas con Draco.
- Su expresión es la misma que cuando ve a
Hermione - se burlaba Harry
- Eso me gano por preocuparme por ti, parecías
un fantasma de lo pálido que estabas - le reprocho el pelirrojo.
En tono
bajo, para que nadie más los oyera, Harry les explicó el súbito y siniestro deseo
de Snape de ser árbitro de quidditch.
- Ese es un pensamiento demasiado dramático
incluso para ser hijo de Cornamenta - decía Canuto.
- Es que Lily también es dramática y fatalista
solo que casi no lo demuestra - le respondía Marlenne olvidando lo que
anteriormente había dicho el mini ojigris. Snape estuvo de acuerdo con la rubia,
pero no dijo nada.
—No juegues
—dijo de inmediato Hermione.
- Capaz y a Oliver le daba un infarto - decía
Percy
—Diles
que estás enfermo —añadió Ron.
- McGonagall lo llevaría directo a la
enfermería y se daría cuenta - afirmaba el profesor Flitwick
—Finge
que se te ha roto una pierna —sugirió Hermione.
- Seria lo mismo de antes - dijo Hestia
—Rómpete
una pierna de verdad —dijo Ron.
- Eso podría funcionar -
- ¡Tonks! -
- Oh vamos mamá, acciones desesperadas…
- …requieren medidas desesperadas- le completó
Remus
- Awww… ves mamá Dorea, hasta le completa las
frases - se mofaba Canuto sonrojando a MiniLunatico. Dorea miraba contenta a
Remus y a MiniLunatico
—No
puedo —dijo Harry—. No hay un buscador suplente. Si no juego, Gryffindor
tampoco puede jugar.
- No sé si alegrarme o molestarme por ese
pensamiento hijo - Harry le sonrió a su mamá con cara de no rompo ni un plato.
- Esa determinación es más Evans que Potter,
solo que aplicada en quidditch que eso si es Potter - le recordaba James a su
esposa.
En aquel
momento Neville cayó en la sala común.
Los padres y abuela del chico fruncieron el
ceño. Draco tragó saliva.
Nadie se
explicó cómo se las había arreglado para pasar por el agujero del retrato,
porque sus piernas estaban pegadas juntas, con lo que reconocieron de inmediato
el Maleficio de las Piernas Unidas. Había tenido que ir saltando todo el camino
hasta la torre Gryffindor.
- Draco… - susurro Narcissa
- Lo siento Longbottom.
- No pasa nada.
- Claro… solo tuviste que ir saltando a la
sala común.
- Gracias Tío
Sirius, aclarar eso era absolutamente necesario - dijo con sarcasmo el
rubio. - por lo menos no fue un hechizo peligroso - eso solo el trio dorado lo
entendió, Harry le mandó una mirada de disculpa al dragoncito.
Todos
empezaron a reírse, salvo Hermione, que se puso de pie e hizo el contramaleficio.
Los Harry, Ron, los gemelos Weasley y Percy
recibieron miradas reprochadoras de la mayoria de los de la sala.
Las
piernas de Neville se separaron y pudo ponerse de pie, temblando.
- Gracias por eso Hermione.
—¿Qué ha
sucedido? —preguntó Hermione, ayudándolo a sentarse junto a Harry y Ron.
Las miradas de reproche ya no iban dirigidas a
esos dos.
—Malfoy
—respondió Neville temblando—. Lo encontré fuera de la biblioteca.
Dijo que
estaba buscando a alguien para practicarlo.
Ya no le dijeron nada al rubio porque se había
disculpado, pero Augusta susurraba *que lo practique con su abuela* haciendo
reír a los pocos que la escucharon
—¡Ve a
hablar con la profesora McGonagall! —lo instó Hermione—. ¡Acúsalo!
Neville
negó con la cabeza.
—No
quiero tener más problemas —murmuró.
- Eso no te daría problemas hijo, no es
cobardía, solo es justicia - le decía Frank a su retoño.
—¡Tienes
que hacerle frente, Neville! —dijo Ron—. Está acostumbrado a llevarse a todo el
mundo por delante, pero ésa no es una razón para echarse al suelo a su paso y
hacerle las cosas más fáciles.
- Bien dicho chico - exclamó Moody
—No es
necesario que me digas que no soy lo bastante valiente para pertenecer a
Gryffindor; eso ya me lo dice Malfoy —dijo Neville, atragantándose.
Los leones de la sala miraron mal a rubio, el
cual se escondió detrás de su novia. Narcissa negaba con su cabeza y Lucius
pensaba que por la noche hablaría seriamente con su hijo, necesitaba entender
sus actitudes.
Harry
buscó en los bolsillos de su túnica y sacó una rana de chocolate, la última de
la caja que Hermione le había regalado para Navidad. Se la dio a Neville, que
parecía estar a punto de llorar.
Neville se sonrojó. Lily, Dorea y Molly
miraron con aprobación a Harry. Snape pensaba que su yo del futuro igual y
estaba un poco equivocado con su manera de ver al chico
—Tu vales
por doce Malfoys —dijo Harry—. ¿Acaso no te eligió para Gryffindor el Sombrero
Seleccionador? ¿Y dónde está Malfoy? En la apestosa Slytherin.
- Me sentiría ofendida, pero entiendo que la
imagen que daban algunas serpientes de mi casa no ayudaba en nada - decía
Astoria, siendo apoyada por Andrómeda y Narcissa.
Neville
dejó escapar una débil sonrisa, mientras desenvolvía el chocolate.
—Gracias,
Harry... Creo que me voy a la cama... ¿Quieres el cromo? Tú los coleccionas,
¿no?
-
Al fin - exclamaron los que sabían en donde había leído Harry el nombre de
Flamel
Mientras
Neville se alejaba, Harry miró el cromo de los Magos Famosos.
—Dumbledore
otra vez —dijo— Él fue el primero que...
Bufó.
Miró fijamente la parte de atrás de la tarjeta. Luego levantó la vista hacia
Ron y Hermione.
- Nunca superare eso - refunfuñaba Ron
—¡Lo
encontré! —susurró—. ¡Encontré a Flamel! Os dije que había leído ese nombre
antes. Lo leí en el tren, viniendo hacia aquí. Escuchad lo que dice: «El
profesor Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso
Grindelwald, en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la
sangre de dragón ¡y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás
Flamel!».
- ¿Enserio? ¿En un cromo? - preguntaban
indignados los merodeadores.
- Pasaron horas y horas en la biblioteca... -
dijo Gideon
-...para que lo fueran a encontrar en un
maldito cromo - le segundo Fabian.
- Decepcionante - dijeron los dos pares de
gemelos.
Hermione
dio un salto. No estaba tan excitada desde que le dieron la nota de su primer
trabajo.
Hermione se ruborizo y asesino a Harry con la
mirada por ser tan malditamente descriptivo.
—¡Esperad
aquí! —dijo, y se lanzó por la escalera hacia el dormitorio de las chicas.
Harry y Ron casi no tuvieron tiempo de intercambiar una mirada de asombro y ya
estaba allí de nuevo, con un enorme libro entre los brazos.
—¡Nunca
pensé en buscar aquí! —susurró excitada—. Lo saqué de la biblioteca hace
semanas, para tener algo ligero para leer.
- Una cosa, eso no suena ligero - dijo Sirius.
- Mi versión vieja tiene razón - Marlenne los
ignoro y siguió leyendo.
—¿Ligero?
—dijo Ron, pero Hermione le dijo que esperara, que tenía que buscar algo y
comenzó a dar la vuelta a las páginas, enloquecida, murmurando para sí misma.
- Eso no es novedad - dijeron Ron y Harry
Al fin
encontró lo que buscaba.
—¡Lo
sabía! ¡Lo sabía!
—¿Podemos
hablar ahora? —dijo Ron con malhumor. Hermione hizo caso omiso de él.
- Eso
tampoco es novedad - dijeron los gemelos Weasley.
- ¿Qué la comadreja este malhumorada o que Grenger
no le haga caso? - Ron miro mal a Draco, sin percatarse de que hasta Harry se
reía
- En mi amplia experiencia diré que las dos
cosas -
- ¡Harry! - le gritaron sus dos amigos
—Nicolás
Flamel —susurró con tono teatral— es el único descubridor conocido de la Piedra
Filosofal.
- No creo que sepan que es - le dijo Remus a
la chica.
- No lo dije en tono teatral -
- Hermione, tu siempre lees con mucha pasión -
le respondió Ginny
Aquello
no tuvo el efecto que ella esperaba.
—¿La
qué? —dijeron Harry y Ron.
—¡Oh, no
lo entiendo! ¿No sabéis leer? Mirad, leed aquí.
- Eso sonó muy raro - reía Arthur
Empujó
el libro hacia ellos, y Harry y Ron leyeron:
El
antiguo estudio de la alquimia está relacionado con el descubrimiento de la
Piedra Filosofal, una sustancia legendaria que tiene poderes asombrosos. La
piedra puede transformar cualquier metal en oro puro. También produce el Elixir
de la Vida, que hace inmortal al que lo bebe.
- ¿Inmortal? - Se preguntan algunos. Otros,
como Moody, Albus y Snape pensaban que Voldemort estaba detrás de la piedra.
- Por eso querían robarla de Gringotts, sus
funciones son tentadoras - decía Edgar
Se ha hablado mucho de la Piedra
Filosofal a través de los siglos, pero la única Piedra que existe actualmente
pertenece al señor Nicolás Flamel, el notable alquimista y amante de la ópera.
El señor Flamel, que cumplió seiscientos sesenta y cinco años el año pasado,
lleva una vida tranquila en Devon con su esposa Perenela (de seiscientos
cincuenta y ocho años).
Marlene leyó todo ligeramente rápido para que
no la interrumpieran.
—¿Veis?
—dijo Hermione, cuando Harry y Ron terminaron—. El perro debe de estar
custodiando la Piedra Filosofal de Flamel. Seguro que le pidió a Dumbledore que
se la guardase, porque son amigos y porque debe de saber que alguien la busca.
¡Por eso quiso que sacaran la Piedra de Gringotts!
- Esa es una muy buena deducción niña - dijo
Moody
—¡Una
piedra que convierte en oro y hace que uno nunca muera! —dijo Harry—. ¡No es
raro que Snape la busque! Cualquiera la querría.
Snape rodó los ojos con exasperación.
- Como lo dije, es muy tentadora - repitió
Edgar
- Y tomando en cuenta que tiene seiscientos
sesenta y cinco años de vida obviamente que no lo iban a encontrar en estudio
reciente de hechicería - dijo Sirius Mayor
- En definitiva, te van a alejar del menor de
los Weasley - le dijo Marlenne y al ver que no le entendían siguió leyendo.
—Y no es
raro que no pudiéramos encontrar a Flamel en ese Estudio del reciente desarrollo
de la hechicería —dijo Ron—. Él no es exactamente reciente si tiene seiscientos
sesenta y cinco años, ¿verdad?
Sirius y Canuto se
carcajeaban, Molly pensaba en maneras de alejar a su pequeño del chico Black
mientras que el chico Black pensaba en maneras diferentes de malcriar a Harry y
a Ron.
A la
mañana siguiente, en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, mientras copiaban
las diferentes formas de tratar las mordeduras de hombre lobo, Harry y Ron seguían
discutiendo qué harían con la Piedra Filosofal si tuvieran una.
- Deberían poner mas empeño en la clase - les
regaño Dorea
- Bueno mama Dorea, con el profesor tan
chapucero que tenían no se perdían de mucho.
Si, Dorea no podía creer que eso había sido
dicho por Remus
Hasta que Ron dijo que él se compraría su
propio equipo de quidditch y Harry recordó el partido en que tendría a
Snape de árbitro.
—Jugaré
—informó a Ron y Hermione—. Si no lo hago, todos los Slytherins pensarán que
tengo miedo de enfrentarme con Snape. Les voy a demostrar... les voy a borrar
la sonrisa de la cara si ganamos.
- Esa perseverancia es digna de un león joven
Potter - le aplaudió Minerva
Lily, James y Charlus hincharon el pecho de
orgullo.
—Siempre
y cuando no te borren a ti del terreno de juego —dijo Hermione.
- Y según tú soy yo el que tiene poco tacto -
- Pues a diferencia de ti, el mío sale a
relucir una vez al año y no todos los días veinticuatro por siete -
- No puedes argumentar nada ante esa lógica
hermanito - le dijo Ginny
Sin
embargo, a medida que se acercaba el día del partido, Harry se ponía más
nervioso, pese a todo lo que le había dicho a sus amigos.
- Tomando en cuenta que alguien te quiso
matag, piensas que fue Snape y el digigigá el juego, es normal que estés así,
hasta el más valiente lo estargia - le dijo Fleur
El resto
del equipo tampoco estaba demasiado tranquilo. La idea de alcanzar a Slytherin
en el torneo de la casa era maravillosa, nadie lo había conseguido en siete
años, pero ¿podrían hacerlo con aquel árbitro tan parcial?
- Todo se puede queriendo - dijo Luna con su
peculiar tono.
- Se necesitaría de un milagro -
- Pero Harry tendría que atrapar la snitch en
tiempo récord - proponía Regulus, quien nuevamente sin darse cuenta le estaba
respondiendo a Dorcas. Marlenne sonreía malévolamente al igual que Canuto y
Sirius. Pensando en un plan para que esos dos hablarán en privado.
Harry no
sabía si se lo imaginaba o no, pero veía a Snape por todas partes. Por
momentos, hasta se preguntaba si Snape no lo estaría siguiendo para atraparlo.
Snape pensó que igual y eran órdenes de
Dumbledore.
Las
clases de Pociones se convirtieron en torturas semanales para Harry, por la
forma en que lo trataba Snape.
Lily suspiró, deseando poder reconciliarse con
su amigo de la infancia y este estuviera presente en su vida. La carta decía
que todos merecen segundas oportunidades y ella pensaba seriamente en dársela a
su amigo.
¿Era
posible que Snape supiera que ellos habían averiguado lo de la Piedra
Filosofal? Harry no se imaginaba cómo podía saberlo... aunque algunas veces
tenía la horrible sensación de que Snape podía leer los pensamientos.
- Se llama legeremancia, puede hacerlo, pero
no debe - dijo Albus. Harry recordó sus clases privadas he inconscientemente
volteo a ver a su padre.
Harry
supo, cuando le desearon suerte en la puerta de los vestuarios, la tarde
siguiente, que Ron y Hermione se preguntaban si volverían a verlo con vida.
- Me veían como si me fuera a la guerra - dijo
divertido.
- Pensé que lo habíamos disimulado bien -
- Tu lo disimulaste menos que Ron - la chica
se avergonzó por eso
Marlenne siguió con la lectura porque no
podían escuchar lo que el trío se murmuraba.
Aquello
no era lo que uno llamaría reconfortante. Harry casi no oyó las palabras de
Wood, mientras se ponía la túnica de quidditch y cogía su Nimbus 2.000.
- Pues creo que hasta tu pensabas que te ibas
a la guerra - le decía Frank.
Ron y
Hermione, entre tanto, encontraron un sitio en las gradas, cerca de Neville,
que no podía entender por qué estaban tan preocupados, ni por qué llevaban sus
varitas al partido.
- Y así fue todos los años, nunca nos
enterábamos de lo que este trio hacia - suspiraba Neville
Lo que
Harry no sabía era que Ron y Hermione habían estado practicando en secreto el
Maleficio de las Piernas Unidas.
- Esos son amigos y no como los que tengo en
casa - dijo Canuto, James lo miraba ofendido. Harry miró agradecido a sus
amigos mientras pensaba que despues de 10 años estando solo el destino lo había
recompensado muy bien.
Se les
ocurrió la idea cuando Malfoy lo utilizó con Neville, y estaban listos para
utilizarlo con Snape, si daba alguna señal de querer hacer daño a Harry.
Snape elevo una ceja.
—No te
olvides, es locomotor mortis —murmuró Hermione, mientras Ron deslizaba
su varita en la manga de la túnica.
—Ya lo
sé —respondió enfadado—. No me des la lata.
Varios se rieron por el comentario de Ron.
Mientras
tanto, en el vestuario, Wood había llevado aparte a Harry
—No
quiero presionarte, Potter; pero si alguna vez necesitamos que se capture en
seguida la snitch, es ahora. Necesitamos terminar el partido antes de
que Snape pueda favorecer demasiado a Hufflepuff.
- Lo bueno es que no quiege presionagte -
- Wood nunca me presionaba - le respondía
Harry
- Si como no, atrapa la snitch, aunque mueras
en el intento - le susurraba George a Fred para que nadie lo oyera, pero
McGonagall que tenía un super oído de profesora si lo hizo y se dijo que en un
futuro vigilaría muy de cerca a ese tal Wood
—¡Todo
el colegio está allí fuera! —dijo Fred Weasley, espiando a través de la
puerta—. Hasta... ¡Vaya, Dumbledore ha venido al partido!
El
corazón de Harry dio un brinco.
Al igual que el de varios en la sala.
- Quien sea que quiere hacerte daño no lo hará
frente a Dumbledore, si tu dices que Snape no fue te tendré que creer - le dijo
James a su cervatillo
- Si, eso mismo pensé papá.
—¿Dumbledore?
—dijo, corriendo hasta la puerta para asegurarse. Fred tenía razón. Aquella
barba plateada era inconfundible.
- La más sedosa del mundo mágico señores -
bromeaba Charlie
- Hijo ten mas respeto - le regañaban
- Oh, pero yo creo que la más sedosa es la de
Gandalf, aunque no pertenece al mundo mágico.
- ¿Gandalf es un muggle? - se cuestionaba
Augusta mientras que los nacidos muggles se reían.
- Gandalf es un personaje ficticio de la
novela El Señor de los Anillos y El Hobbit, del escritor británico J.R.R.
Tolkien. - explico Lily
- También aparece en el Silmarillion y en el Legendarium,
es un mago en los libros - terminó de explicar Hermione - y si, tiene una barba
larga y blanca hasta más abajo de la cintura según los libros.
Ron y James veían embelesados a sus novias
porque creía que eran brillantes. Y los demás pensaban que solo a Dumbledore se
le ocurría meter un personaje ficticio en medio de todo esto.
Harry
tenía ganas de reírse a carcajadas, del alivio que sentía. Estaba a salvo. No
había forma de que Snape se animara a hacerle algo si Dumbledore estaba
mirando.
Dumbledore se sintió feliz de que el chico
pusiera tanta confianza en él. (Si Harry supiera
que lo crio como cerdo para el matadero… pensaba la autora)
Tal vez
por eso Snape parecía tan enfadado mientras los equipos desfilaban por el
terreno de juego, algo que Ron también notó.
—Nunca
vi a Snape con esa cara de malo —dijo a Hermione—. Mira, ya salen. ¡Eh!
- En esa época aún no había vivido lo
suficiente - aclaró el pelirrojo
- Si, despues de segundo te acostumbras - le
siguió Neville mientras Snape era mal mirado por las madres de estos.
Alguien
había golpeado a Ron en la parte de atrás de la cabeza. Era Malfoy.
- Al fin saliste de tu escondite mariquita -
- Señorita Tonks, eso no viene al caso - le
retaba McGonagall
- No, pero tenía ganas de decirlo, discúlpame
primo. - Narcissa estaba que se le iba encima a su querida sobrina.
—Oh,
perdón, Weasley, no te había visto.
Malfoy
sonrió burlonamente a Crabbe y Goyle.
Malfoy agacho la cabeza, aun recordaba la
muerte de Crabbe que aunque había sido un estúpido no merecía morir así.
—Me
pregunto cuánto tiempo durará Potter en su escoba esta vez. ¿Alguien quiere
apostar? ¿Qué me dices, Weasley?
Ron no
le respondió:
- Eso, no cedas en sus provocaciones chico -
le dijo Moody
Ron no
le respondió: Snape acababa de pitar un penalti a favor de Hufflepuff, porque
George Weasley le había tirado una bludger.
- No me arrepiento de nada - dijo con orgullo
el león siendo aplaudido por sus tíos y por los merodeadores.
Hermione,
que tenía los dedos cruzados sobre la falda, observaba sin cesar a Harry, que
circulaba sobre el juego como un halcón, buscando la snitch.
—¿Sabéis
por qué creo que eligen a la gente para la casa de Gryffindor? —
- Esto... señorita McKinnon podría leer lo que
sigue de forma rápida, todos acá se dan cuenta de que en ese entonces era un
imbécil - le pidió Draco a Marlenne sorprendiéndola por su forma de referirse a
ella. - Solo dime Marlenne - le respondió.
… dijo
Malfoy en voz alta unos minutos más tarde, mientras Snape daba otro penalti a
Hufflepuff, sin ningún motivo
McGonagall miraba mal al Snape de la sala,
aunque ella sabía que él no había hecho nada aun, pero es que con su equipo de
quidditch nadie se metía y los demás se preparaban para lo que fuese a decir el
niño Malfoy.
—. Es
gente a la que le tienen lástima. Por ejemplo, está Potter; que no tiene
padres, luego los Weasley, que no tienen dinero... Y tú, Longbottom, que no
tienes cerebro.
Lucius sonrió con orgullo mientras Narcissa
pensaba que por nada del mundo iba a dejar que Lucius educara de esa manera a
su hijo.
Neville
se puso rojo y se volvió en su asiento para encararse con Malfoy
—Yo
valgo por doce como tú, Malfoy —tartamudeó.
*Que valiente* pensaron muchos. - La verdad
eso me sorprendió - reconocía el rubio.
Malfoy,
Crabbe y Goyle estallaron en carcajadas, pero Ron, sin quitar los ojos del
partido, intervino.
—Así se
habla, Neville.
- Y aun así pensaba que no era lo
suficientemente valiente para estar en mi casa Joven Longbottom - le
cuestionaba McGonagall recibiendo miradas agradecidas de los padres y abuela de
Neville, este le sonrió a su profesora.
—Longbottom,
si tu cerebro fuera de oro serías más pobre que Weasley, y con eso te digo
todo.
La
preocupación por Harry estaba a punto de acabar con los nervios de Ron.
- Eso termina en pelea - se reía Edgar
- Ni se te ocurra Ron -
- Pero mamá, estaba de los nervios con todo lo
que estaba pasando con Harry, lo único que me faltaba es que el tonto de Draco
viniera a fastidiar -
Y ante eso Molly ya no le dijo nada.
—Te
prevengo, Malfoy... Una palabra más...
—¡Ron!
—dijo de pronto Hermione—. ¡Harry...!
—¿Qué?
¿Dónde?
- Tranquilos, no paso nada - les dijo el chico
a sus padres y abuelos al ver que ya se estaban preocupando.
Harry
había salido en un espectacular vuelo, que arrancó gritos de asombro y vivas
entre los espectadores.
A James y a Charlus les brillaban los ojos de
orgullo.
Hermione
se puso de pie, con los dedos cruzados en la boca, mientras Harry se lanzaba
velozmente hacia el campo, como una bala.
—Tenéis
suerte, Weasley, es evidente que Potter ha visto alguna moneda en el campo
—dijo Malfoy
- Agradece que viniste acá en actitud de niño
cambiado porque si no… - le medio amenazaba Gideon al tiempo que Fabian se
pasaba el dedo por el cuello.
- Si así son sus comentarios en primero no
quiero ni pensar cómo serán más adelante - decía Frank
- Oh, tuvo su merecido, mi parte favorita esta
en tercero… - dijo Ron mirando de reojo a Hermione la cual se sonrojo. Draco lo
miro mal.
Ron
estalló. Antes de que Malfoy supiera lo que estaba pasando, Ron estaba encima
de él, tirándolo al suelo.
- Eres rápido chico - le aplaudió Moody que
estaba disfrutando de lo lindo al escuchar que le daban su merecido al
MiniMalfoy
- ¡Ron! ¡Ron! - cantaban los bromistas
Neville vaciló, pero luego se encaramó al
respaldo de su silla para ayudar.
- ¡Neville! ¡Neville! - cantaban ahora los
mismos.
- Eso es muy de valientes considerando que
Crabbe y Goyle son unos mastodontes - dijo Charlie
- Pero es estúpido, no hay posibilidad de
ganarles a esos dos -
- Eh… gracias por el voto de confianza Luna -
esta le sonrío como quien no quiere la cosa. Aunque Neville sabía que tenía
razón y eso mismo le susurro su novia.
—¡Vamos,
Harry! —gritaba Hermione, subiéndose al asiento para ver bien a Harry, sin
darse cuenta de que Malfoy y Ron rodaban bajo su asiento y sin oír los gritos y
golpes de Neville, Crabbe y Goyle.
- ¡Dale con la silla! - gritaba Hannah con
mucha efusividad sonrojando a Neville.
Alice solo suspiraba resignada, estaba
orgullosa pero preocupada.
- Como ya dije, no es novedad que Grenger
ignore a la comadreja - unos pajaritos inocentes picotearon al rubio unos
segundos hasta que su dulce novia se apiado de el y realizo un Finite Incantatem. Ron estaba contento.
En el
aire, Snape puso en marcha su escoba justo a tiempo para ver algo escarlata que
pasaba a su lado, y que no chocó con él por sólo unos centímetros.
Snape tenia el presentimiento de que lo había
hecho adrede al igual que Lily, y mas al ver que Harry tenia sonrisa de
angelito que hubiera sido incluso mas creíble en la cara de James.
Al momento siguiente Harry subía con el brazo
levantado en gesto de triunfo y la mano apretando la snitch.
- ¡¡¡…Eso fue en tiempo récord…!!! -
exclamaban los amantes de quidditch.
- No esperaba menos de un hijo mío - decía
James de forma arrogante ganándose un golpe de Lily
Minerva estaba orgullosa al igual que Dorea y
Lucius harto de estar ahí.
Las
tribunas bullían. Aquello era un récord, nadie recordaba que se hubiera
atrapado tan rápido la snitch.
- Es que nadie lo ha hecho - decía Flitwick
con su voz chillona.
- Increíble - decían los que nunca habían
visto jugar a Harry
—¡Ron!
¡Ron! ¿Dónde estás? ¡El partido ha terminado! ¡Hemos ganado! ¡Gryffindor es el
primero! —Hermione bailaba en su asiento y se abrazaba con Parvati Patil, de la
fila de delante.
- Y detrás de ti… tu novio enfrascado en una
pelea a muerte - dramatizaba el pelirrojo, Herms le dio un beso en la mejilla
para que se calmara. Ron recibió pulgares levantados de sus tíos.
Harry
saltó de su escoba, a centímetros del suelo. No podía creerlo. Lo había
conseguido... El partido había terminado y apenas había durado cinco minutos.
Mientras los de Gryffindor se acercaban al terreno de juego, vio que Snape
aterrizaba cerca, con el rostro blanco y los labios tirantes. Entonces Harry
sintió una mano en su hombro y, al darse la vuelta, se encontró con el rostro
sonriente de Dumbledore.
—Bien
hecho —dijo Dumbledore en voz baja, para que sólo Harry lo oyera—. Muy bueno
que no buscaras ese espejo... que te mantuvieras ocupado... excelente...
- Como mi hijo dijo en el capitulo pasado, tu
yo del futuro trama algo Albus - dijo Charlus mirando al director. Harry pensó
que cuando se leyera lo que planeó Dumbledore ni un mismo dragón lo podría
defender de sus padres y abuelos.
Un rato
después, Harry salió del vestuario para dejar su Nimbus 2.000 en la escobera.
No recordaba haberse sentido tan contento. Había hecho algo de lo que podía
sentirse orgulloso. Ya nadie podría decir que era sólo un nombre célebre.
- Y ahí queda mas que claro que Harry detesta
su fama - dijo Dorcas
- En realidad la fama que me da el quidditch
la disfruto - le dijo el chico. *Muy Potter* pensaron algunos.
El aire
del anochecer nunca había sido tan dulce. Anduvo por la hierba húmeda, reviviendo
la última hora en su mente, en una feliz nebulosa: los Gryffindors corriendo
para llevarlo en andas, Ron y Hermione en la distancia, saltando como locos,
Ron vitoreando en medio de una gran hemorragia nasal...
- ¿Valió la pena cada gota de sangre derramada?
- le cuestionó Percy
- Valió la pena - le respondió Ron con tono
Solemne.
Harry
llegó a la cabaña. Se apoyó contra la puerta de madera y miró hacia Hogwarts,
cuyas ventanas despedían un brillo rojizo en la puesta del sol.
- Así o más detalles - decía Ginny
Gryffindor a la cabeza. Él lo había hecho, le
había demostrado a Snape...
Y
hablando de Snape.
Snape ya comenzaba a odiar el libro. Los
aurores de la sala pusieron especial atención.
Una
figura encapuchada bajó sigilosamente los escalones delanteros del castillo.
Era evidente que no quería ser visto dirigiéndose a toda prisa hacia el bosque
prohibido. La victoria se apagó en la mente de Harry mientras observaba.
Reconoció a la figura que se alejaba. Era Snape, escabulléndose en el bosque,
mientras todos estaban en la cena... ¿Qué sucedía?
- Eso nos preguntamos todos pequeño Potter -
dijo Moody
Harry
saltó sobre su Nimbus 2.000 y se elevó. Deslizándose silenciosamente sobre el
castillo, vio a Snape entrando en el bosque. Lo siguió.
Marlenne se sorprendió porque nadie
interrumpía.
Los
árboles eran tan espesos que no podía ver adónde había ido Snape. Voló en
círculos, cada vez más bajos, rozando las copas de los árboles, hasta que oyó
voces. Se deslizó hacia allí y se detuvo sin ruido, sobre un haya.
Con
cuidado se detuvo en una rama, sujetando su escoba y tratando de ver a través
de las hojas.
Moody esperaba que ese chico y sus amigos
ingresaran a su academia de aurores ya que les veía mucho potencial pero no les
decía nada porque capaz que sus madres lo degollaban vivo por sugerir tal
profesión para sus bebes. Y no es que fuera cobarde, más bien precavido.
Abajo,
en un espacio despejado y sombrío, vio a Snape. Pero no estaba solo. Quirrell
también estaba allí. Harry no podía verle la cara, pero tartamudeaba como
nunca. Harry se esforzó por oír lo que decían.
- Ahora desconfió mas de ese tal Quirrell que
de Snape y miren que decir eso para mi ya es mucho - decía James. Muchos
estuvieron de acuerdo con él.
—...
n-no sé p-por qué querías ver-verme j-justo a-aquí, de entre t-todos los
l-lugares, Severus...
—Oh,
pensé que íbamos a mantener esto en privado —dijo Snape con voz gélida
—.
Después de todo, los alumnos no deben saber nada sobre la Piedra Filosofal.
Harry se
inclinó hacia delante. Quirrell tartamudeaba algo y Snape lo interrumpió.
—¿Ya has
averiguado cómo burlar a esa bestia de Hagrid?
- Esto cada vez está más enredado - decía
frustrado Frank
—P-p-pero
Severus, y-yo...
—Tú no
querrás que yo sea tu enemigo, Quirrell —dijo Snape, dando un paso hacia él.
- No, no quiere - susurraba James. Si lo iba
el a saber.
—Y-yo no
s-sé qué...
—Tú
sabes perfectamente bien lo que quiero decir.
Una
lechuza dejó escapar un grito y Harry casi se cae del árbol. Se enderezó a
tiempo para oír a Snape decir:
- Demasiada suerte por un día - se reía Harry.
Los aurores de la sala suspiraron frustrados
por ese detalle.
—... tu
pequeña parte del abracadabra. Estoy esperando.
—P-pero
y-yo no...
—Muy
bien —lo interrumpió Snape—. Vamos a tener otra pequeña charla muy pronto,
cuando hayas tenido tiempo de pensar y decidir dónde están tus lealtades.
- Bueno Snape, no puedes negar que eso suena
sospechoso, desde el punto de vista de Harry - le dijo Regulus. - Si bien tu
podrías ser el malo o también Quirrell - Snape asentía en dirección al menor de
los Black.
Se echó
la capa sobre la cabeza y se alejó del claro. Ya estaba casi oscuro, pero Harry
pudo ver a Quirrell inmóvil, como si estuviera petrificado.
Hermione se incomodo en su asiento recordando
su segundo año y pensando que si no hubiera sido porque se encontró con esa
bestia saliendo de la biblioteca probablemente estaría muerta. Ron la apretó en
sus brazos.
—¿Harry,
¿dónde estabas? —preguntó Hermione con
voz aguda.
—¡Ganamos!
¡Ganamos! ¡Ganamos! —gritaba Ron al tiempo que daba palmadas a Harry en la
espalda—. ¡Y yo le puse un ojo negro a Malfoy y Neville trató de vencer a
Crabbe y Goyle él solo!
- Y estamos muy orgullosos por eso - dijeron
los bromistas.
Narcissa se preocupo pero también le mando una
mirada de *te lo ganaste* a su hijo.
Todavía está inconsciente, pero la señora
Pomfrey dice que se pondrá bien.
Alice suspiró aliviada al igual que Frank y
Augusta.
Todos te
están esperando en la sala común, vamos a celebrar una fiesta, Fred y George
robaron unos pasteles y otras cosas de la cocina...
- Tanto así como robar robar no hermanito - le
dijo Fred
- Si, los elfos te los dan con mucho gusto -
le secundo George
—Ahora
eso no importa —dijo Harry sin aliento—. Vamos a buscar una habitación vacía,
ya veréis cuando oigáis esto...
Se
aseguró de que Peeves no estuviera dentro antes de cerrar la puerta, y entonces
les contó lo que había visto y oído.
- Me sorprende que a veces actúes muy adulto y
otras muy niño - le dijo su abuelo. Harry lo miro sin entender - Estas tomando
tus precauciones para compartir la información -le explicó a lo que Moody y
Frank asentía - no muchos chicos de tu edad hubieran hecho eso.
—Así que
teníamos razón, es la Piedra Filosofal y Snape trata de obligar a Quirrell a
que lo ayude a conseguirla. Le preguntó si sabía cómo pasar ante Fluffy y
dijo algo sobre el «abracadabra» de Quirrell... Eso significa que hay otras
cosas custodiando la Piedra, además de Fluffy, probablemente cantidades
de hechizos, y Quirrell puede haber hecho algunos encantamientos anti-Artes
Oscuras que Snape necesita romper...
- Brillante - susurraba Moody
- Es una teoría muy creíble, pero siento que
culpa al equivocado - dijo Frank
- ¿Por qué lo dices? - cuestionaba MiniSirius
- Porque si Snape esta enseñando en Hogwarts
es porque Dumbledore confía en el -
- Puede estarlo engañando - decía Canuto, casi
todos lo vieron como si tuviera dos cabezas, menos Ted, que había dicho algo
parecido anteriormente, Sirius se río porque en el futuro lo mismo pensaba él y
ahora que lo escuchaba de su “literal” propia boca se daba cuenta de lo
estúpido que sonaba que alguien engañara a Dumbledore
- Solo una poción multijugos podría engañar a
Albus - dijo Moody zanjando el tema.
*Cuanta razón* pensaban los del futuro.
—¿Quieres
decir que la Piedra estará segura mientras Quirrell se oponga a Snape?
—preguntó alarmada Hermione.
- A esa altura eso nos sobrepasaba, como dijo
Ron, estábamos de los nervios -
- Viéndolo de esa forma, no creo que dure
mucho - dijo Bill haciendo reír a Marlenne y a Ron
—En ese
caso no durará mucho —dijo Ron.
Se escucharon varias risas en la sala.
- Así termina - dijo Marlenne viendo el capítulo
que seguía - Oh... el que sigue esta bueno, Charlie debiste haber leído este.
El trio de oro se asustó. Ya sabían lo que
venía en el próximo capitulo…
*Nos van a matar* pensaron. Draco se reía
burlón.
- Yo leeré, por la cara de esos tres y la
expresión de mi sobrino supongo que es algo interesante - decía Regulus
mientras iba por el libro hasta donde estaba sentada Marlenne poniendo, de paso
nerviosa a la pobre de Meadowes
Los dejé abandonados ocho meses, merezco ser
torturada por Bellatrix pero ustedes son muy buenos y no lo permitirán :D
Les quería preguntar…
¿Qué quieren que pase con Lucius y con Snape?
¿Creen que alguien sobra en la lectura? O que
falte alguien…
¿Hay alguien aquí?
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