jueves, 16 de agosto de 2018

Nicolas Flamel




- Fue un capítulo muy nostálgico – dijo Marlene -…yo quiero leer el siguiente si no hay problema –
Al ver que nadie decía nada con un Accio no verbal convocó el libro.
-Bueno, espero no me estés interrumpiendo Black - fulminaba con la mirada al pobre ojigris menor.
- Pero nena… no he dicho nad…-
- Chiton… el capitulo se llama Nicolás Flamel ­-
- Sabia que lo conseguirían - murmuraban varios
Los chicos del trio dorado se miraron entre ellos, seguro les daría mucha gracia la manera en la que resolvieron el misterio de Flamel
Dumbledore había convencido a Harry de que no buscara otra vez el espejo de Oesed,
- Gracias profeseor, de verdad - le dijo Lily mientras James asentía sonriente.
y durante el resto de las vacaciones de Navidad la capa invisible permaneció doblada en el fondo de su baúl.
La sonrisa de James desapareció,
- Eso es un ultraje… -
-… un escandalo - le secundaba Canuto, Sirius asentía vigorosamente.
Nadie les hacia caso mas que los gemelos Prewett y Weasley que pensaban que era un desperdicio.
Harry deseaba poder olvidar lo que había visto en el espejo, pero no pudo. Comenzó a tener pesadillas. Una y otra vez, soñaba que sus padres desaparecían en un rayo de luz verde, mientras una voz aguda se reía.
Harry hizo una mueca, ya no recordaba eso.
—¿Te das cuenta? Dumbledore tenía razón. Ese espejo te puede volver loco — dijo Ron, cuando Harry le contó sus sueños.
- Si Ron tenía razón es porque seguramente era algo grave - decía Ginny haciendo reír a los bromistas
- Exactamen… ¡Oye! -
Hermione, que volvió el día anterior al comienzo de las clases, consideró las cosas de otra manera. Estaba dividida entre el horror de la idea de Harry vagando por el colegio tres noches seguidas («¡Si Filch te hubiera atrapado!») y desilusionada porque finalmente no hubieran descubierto quién era Nicolás Flamel.
Minerva y los demás profesores asentían de acuerdo con la chica.
- Te pudieron haber atrapado - se defendía la chica.
- Y matado - dijo Gideon
- O peor… expulsado - se escandalizaba Fabian, Ron miró mal a sus tíos mientras muchos reían por lo que decían los gemelos.
Ya casi habían abandonado la esperanza de descubrir a Flamel en un libro de la biblioteca,
- Es que si esta, solo que no lo buscan en el libro adecuado - decía Dorea. Harry le sonrió a su abuela
…aunque Harry estaba seguro de haber leído el nombre en algún lado.
- Pero de nada te sirve si no recuerdas donde… - decía frustrado Canuto.
- Black… se supone que eres auror, ¿cómo es posible que no lo recuerdes? De Harry se entiende porque tiene meses que lo leyó peo nosotros lo hicimos ayer.
- Nosotros no hicimos nada ayer McKinnon - le respondió con sonrisa burlona poniendo a la chica toda roja recordando la plática que habían tenido en la noche ella, Dorcas y Hestia.
- ¡Me refiero a la lectura Black! - y siguió leyendo.
Cuando empezaron las clases, volvieron a buscar en los libros durante diez minutos durante los recreos.
- Espero que esa dedicación la usen en las clases - les digo Minnie, Molly y Lily asentían.
Harry tenía menos tiempo que ellos, porque los entrenamientos de quidditch habían comenzado también.
- La esclavitud disfrazada de entrenamientos - dijo Fred
Wood los hacia trabajar más duramente que nunca. Ni siquiera la lluvia constante que había reemplazado a la nieve podía doblegar su ánimo.
- La lluvia, temblores, nevadas…-
- … nada lo detenía - se quejaban con exageración los gemelos Weasley
Los Weasley se quejaban de que Wood se había convertido en un fanático, pero Harry estaba de acuerdo con Wood.
Varios miraron a Harry como si estuviera loco, con excepción Regulus y James que se mostraban completamente de acuerdo. Minerva ya se veía con el trofeo en su despacho al escuchar la determinación del niño y su capitán.
- Si queríamos ganar teníamos que entrenar duro - decía el chico.
Si ganaban el próximo partido contra Hufflepuff, podrían alcanzar a Slytherin en el campeonato de las casas, por primera vez en siete años.
Se escucho un gruñido de la mayoria de los leones de la sala.
- Omitieron ese detalle en su explicación - decía Charlus ignorando la mueca triunfante de su esposa.
- Les va a dar un infarto cuando se le resten los 150 puntos a Gryffindor - le susurraba Neville a Hannah.
Además de que deseaba ganar; Harry descubrió que tenía menos pesadillas cuando estaba cansado por el ejercicio.
- Y… ¿ahora tienes pesadillas Harry? - le preguntaba Bill mientras Fleur negaba con la cabeza. Ginny miro mal a su hermano y Harry olvido la valentía cuando vio a los hermanos Weasley esperando su respuesta
- Hijo, mi consejo como padre es que o respondas eso.
- La verdad es que no, despues de que todo terminó las pesadillas se fueron poco a poco - le respondió Harry inocentemente
Entonces, durante un entrenamiento en un día especialmente húmedo y lleno de barro, Wood les dio una mala noticia. Se había enfadado mucho con los Weasley, que se tiraban en picado y fingían caerse de las escobas.
- Esos son nuestros sobrinos - Molly miro mal a sus hijos que se hicieron como si Morgana les hablara
—¡Dejad de hacer tonterías! —gritó—. ¡Ésas son exactamente las cosas que nos harán perder el partido! ¡Esta vez el árbitro será Snape, y buscará cualquier excusa para quitar puntos a Gryffindor!
- Pero si a él ni le gusta el quidditch - decían James, Canuto y Sirius.
George Weasley, al oír esas palabras, casi se cayó de verdad de su escoba.
—¿Snape va a ser el árbitro? —Escupió un puñado de barro—. ¿Cuándo ha sido árbitro en un partido de quidditch? No será imparcial, si nosotros podemos sobrepasar a Slytherin.
- Pues yo pienso que hay otra razón - decía Lily, algunos miembros de la orden también pensaron eso. Snape no tenia idea de porque su yo futuro haría algo así, por lo que supuso que era cosa de Dumbledore, se preguntaba si, con la llegada de estos libros, era necesario seguir manteniendo su doble cara, estar en la misma habitación que su mejor amiga sin poder dirigirle la palabra y decirle la verdad lo frustraba mucho.
El resto del equipo se acercó a George para quejarse.
—No es culpa mía —dijo Wood—. Lo que tenemos que hacer es estar seguros de jugar limpio, así no le daremos excusa a Snape para marcarnos faltas.
- Lo veo imposible, mas aun sabiendo como favorece a su casa - decía Ted
- Ya me lo imaginé… penalti para Hufflepuff porque Wood atrapó la quaffle, penalti para Hufflepuff por que uno de los clones lanzo la bludger al jugador contrario - decía Edgar haciendo reír a los demás.
Todo aquello estaba muy bien, pensó Harry; pero él tenía otra razón para no querer estar cerca de Snape mientras jugaba a quidditch. 
- Les recuerdo que nada es lo que parece - aclaró Harry al ver que algunos iban a reclamarle a Snape.
Los demás jugadores se quedaron, como siempre, para charlar entre ellos al finalizar el entrenamiento, pero Harry se dirigió directamente a la sala común de Gryffindor; donde encontró a Ron y Hermione jugando al ajedrez. El ajedrez era la única cosa a la que Hermione había perdido, algo que Harry y Ron consideraban muy beneficioso para ella.
- Con estos amigos… - decía la castaña mientras les daba un zape a los dos.
- Te hace bien perder de vez en cuando Herms, no lo niegues - le dijo Ginny sobándole a su novio allí donde había recibido el golpe.
—No me hables durante un momento —dijo Ron, cuando Harry se sentó al lado —. Necesito concen... —vio el rostro de Harry—. ¿Qué te sucede? Tienes una cara terrible.
- Si así te concentras, no quiero imaginar como será cuando estés desconcentrado - le dijo Regulus, Ron le sonrió, desde que escucho su historia por boca de Kreacher quiso conocerlo, se dio cuenta que no todos los Slytherin ingresaban a las filas de Voldemort totalmente convencidos, este fue uno de los motivos por el que limo asperezas con Draco.
- Su expresión es la misma que cuando ve a Hermione - se burlaba Harry
- Eso me gano por preocuparme por ti, parecías un fantasma de lo pálido que estabas - le reprocho el pelirrojo.
En tono bajo, para que nadie más los oyera, Harry les explicó el súbito y siniestro deseo de Snape de ser árbitro de quidditch.
- Ese es un pensamiento demasiado dramático incluso para ser hijo de Cornamenta - decía Canuto.
- Es que Lily también es dramática y fatalista solo que casi no lo demuestra - le respondía Marlenne olvidando lo que anteriormente había dicho el mini ojigris. Snape estuvo de acuerdo con la rubia, pero no dijo nada.
—No juegues —dijo de inmediato Hermione.
- Capaz y a Oliver le daba un infarto - decía Percy
—Diles que estás enfermo —añadió Ron.
- McGonagall lo llevaría directo a la enfermería y se daría cuenta - afirmaba el profesor Flitwick
—Finge que se te ha roto una pierna —sugirió Hermione.
- Seria lo mismo de antes - dijo Hestia
—Rómpete una pierna de verdad —dijo Ron.
- Eso podría funcionar -
- ¡Tonks! -
- Oh vamos mamá, acciones desesperadas…
- …requieren medidas desesperadas- le completó Remus
- Awww… ves mamá Dorea, hasta le completa las frases - se mofaba Canuto sonrojando a MiniLunatico. Dorea miraba contenta a Remus y a MiniLunatico
—No puedo —dijo Harry—. No hay un buscador suplente. Si no juego, Gryffindor tampoco puede jugar.
- No sé si alegrarme o molestarme por ese pensamiento hijo - Harry le sonrió a su mamá con cara de no rompo ni un plato.
- Esa determinación es más Evans que Potter, solo que aplicada en quidditch que eso si es Potter - le recordaba James a su esposa.
En aquel momento Neville cayó en la sala común.
Los padres y abuela del chico fruncieron el ceño. Draco tragó saliva.
Nadie se explicó cómo se las había arreglado para pasar por el agujero del retrato, porque sus piernas estaban pegadas juntas, con lo que reconocieron de inmediato el Maleficio de las Piernas Unidas. Había tenido que ir saltando todo el camino hasta la torre Gryffindor.
- Draco… - susurro Narcissa
- Lo siento Longbottom.
- No pasa nada.
- Claro… solo tuviste que ir saltando a la sala común.
- Gracias Tío Sirius, aclarar eso era absolutamente necesario - dijo con sarcasmo el rubio. - por lo menos no fue un hechizo peligroso - eso solo el trio dorado lo entendió, Harry le mandó una mirada de disculpa al dragoncito.
Todos empezaron a reírse, salvo Hermione, que se puso de pie e hizo el contramaleficio.
Los Harry, Ron, los gemelos Weasley y Percy recibieron miradas reprochadoras de la mayoria de los de la sala.
Las piernas de Neville se separaron y pudo ponerse de pie, temblando.
- Gracias por eso Hermione.
—¿Qué ha sucedido? —preguntó Hermione, ayudándolo a sentarse junto a Harry y Ron.
Las miradas de reproche ya no iban dirigidas a esos dos.
—Malfoy —respondió Neville temblando—. Lo encontré fuera de la biblioteca.
Dijo que estaba buscando a alguien para practicarlo.
Ya no le dijeron nada al rubio porque se había disculpado, pero Augusta susurraba *que lo practique con su abuela* haciendo reír a los pocos que la escucharon
—¡Ve a hablar con la profesora McGonagall! —lo instó Hermione—. ¡Acúsalo!
Neville negó con la cabeza.
—No quiero tener más problemas —murmuró.
- Eso no te daría problemas hijo, no es cobardía, solo es justicia - le decía Frank a su retoño.
—¡Tienes que hacerle frente, Neville! —dijo Ron—. Está acostumbrado a llevarse a todo el mundo por delante, pero ésa no es una razón para echarse al suelo a su paso y hacerle las cosas más fáciles.
- Bien dicho chico - exclamó Moody
—No es necesario que me digas que no soy lo bastante valiente para pertenecer a Gryffindor; eso ya me lo dice Malfoy —dijo Neville, atragantándose.
Los leones de la sala miraron mal a rubio, el cual se escondió detrás de su novia. Narcissa negaba con su cabeza y Lucius pensaba que por la noche hablaría seriamente con su hijo, necesitaba entender sus actitudes.
Harry buscó en los bolsillos de su túnica y sacó una rana de chocolate, la última de la caja que Hermione le había regalado para Navidad. Se la dio a Neville, que parecía estar a punto de llorar.
Neville se sonrojó. Lily, Dorea y Molly miraron con aprobación a Harry. Snape pensaba que su yo del futuro igual y estaba un poco equivocado con su manera de ver al chico
—Tu vales por doce Malfoys —dijo Harry—. ¿Acaso no te eligió para Gryffindor el Sombrero Seleccionador? ¿Y dónde está Malfoy? En la apestosa Slytherin.
- Me sentiría ofendida, pero entiendo que la imagen que daban algunas serpientes de mi casa no ayudaba en nada - decía Astoria, siendo apoyada por Andrómeda y Narcissa.
Neville dejó escapar una débil sonrisa, mientras desenvolvía el chocolate.
—Gracias, Harry... Creo que me voy a la cama... ¿Quieres el cromo? Tú los coleccionas, ¿no?
- Al fin - exclamaron los que sabían en donde había leído Harry el nombre de Flamel
Mientras Neville se alejaba, Harry miró el cromo de los Magos Famosos.
—Dumbledore otra vez —dijo— Él fue el primero que...
Bufó. Miró fijamente la parte de atrás de la tarjeta. Luego levantó la vista hacia Ron y Hermione.
- Nunca superare eso - refunfuñaba Ron
—¡Lo encontré! —susurró—. ¡Encontré a Flamel! Os dije que había leído ese nombre antes. Lo leí en el tren, viniendo hacia aquí. Escuchad lo que dice: «El profesor Dumbledore es particularmente famoso por derrotar al mago tenebroso Grindelwald, en 1945, por el descubrimiento de las doce aplicaciones de la sangre de dragón ¡y por su trabajo en alquimia con su compañero Nicolás Flamel!».
- ¿Enserio? ¿En un cromo? - preguntaban indignados los merodeadores.
- Pasaron horas y horas en la biblioteca... - dijo Gideon
-...para que lo fueran a encontrar en un maldito cromo - le segundo Fabian.
- Decepcionante - dijeron los dos pares de gemelos.
Hermione dio un salto. No estaba tan excitada desde que le dieron la nota de su primer trabajo.
Hermione se ruborizo y asesino a Harry con la mirada por ser tan malditamente descriptivo.
—¡Esperad aquí! —dijo, y se lanzó por la escalera hacia el dormitorio de las chicas. Harry y Ron casi no tuvieron tiempo de intercambiar una mirada de asombro y ya estaba allí de nuevo, con un enorme libro entre los brazos.
—¡Nunca pensé en buscar aquí! —susurró excitada—. Lo saqué de la biblioteca hace semanas, para tener algo ligero para leer.
- Una cosa, eso no suena ligero - dijo Sirius.
- Mi versión vieja tiene razón - Marlenne los ignoro y siguió leyendo.
—¿Ligero? —dijo Ron, pero Hermione le dijo que esperara, que tenía que buscar algo y comenzó a dar la vuelta a las páginas, enloquecida, murmurando para sí misma.
- Eso no es novedad - dijeron Ron y Harry
Al fin encontró lo que buscaba.
—¡Lo sabía! ¡Lo sabía!
—¿Podemos hablar ahora? —dijo Ron con malhumor. Hermione hizo caso omiso de él.
-  Eso tampoco es novedad - dijeron los gemelos Weasley.
- ¿Qué la comadreja este malhumorada o que Grenger no le haga caso? - Ron miro mal a Draco, sin percatarse de que hasta Harry se reía
- En mi amplia experiencia diré que las dos cosas -
- ¡Harry! - le gritaron sus dos amigos
—Nicolás Flamel —susurró con tono teatral— es el único descubridor conocido de la Piedra Filosofal.
- No creo que sepan que es - le dijo Remus a la chica.
- No lo dije en tono teatral -
- Hermione, tu siempre lees con mucha pasión - le respondió Ginny
Aquello no tuvo el efecto que ella esperaba.
—¿La qué? —dijeron Harry y Ron.
—¡Oh, no lo entiendo! ¿No sabéis leer? Mirad, leed aquí.
- Eso sonó muy raro - reía Arthur
Empujó el libro hacia ellos, y Harry y Ron leyeron:
El antiguo estudio de la alquimia está relacionado con el descubrimiento de la Piedra Filosofal, una sustancia legendaria que tiene poderes asombrosos. La piedra puede transformar cualquier metal en oro puro. También produce el Elixir de la Vida, que hace inmortal al que lo bebe.
- ¿Inmortal? - Se preguntan algunos. Otros, como Moody, Albus y Snape pensaban que Voldemort estaba detrás de la piedra.
- Por eso querían robarla de Gringotts, sus funciones son tentadoras - decía Edgar
         Se ha hablado mucho de la Piedra Filosofal a través de los siglos, pero la única Piedra que existe actualmente pertenece al señor Nicolás Flamel, el notable alquimista y amante de la ópera. El señor Flamel, que cumplió seiscientos sesenta y cinco años el año pasado, lleva una vida tranquila en Devon con su esposa Perenela (de seiscientos cincuenta y ocho años).
Marlene leyó todo ligeramente rápido para que no la interrumpieran.
—¿Veis? —dijo Hermione, cuando Harry y Ron terminaron—. El perro debe de estar custodiando la Piedra Filosofal de Flamel. Seguro que le pidió a Dumbledore que se la guardase, porque son amigos y porque debe de saber que alguien la busca. ¡Por eso quiso que sacaran la Piedra de Gringotts!
- Esa es una muy buena deducción niña - dijo Moody
—¡Una piedra que convierte en oro y hace que uno nunca muera! —dijo Harry—. ¡No es raro que Snape la busque! Cualquiera la querría.
Snape rodó los ojos con exasperación.
- Como lo dije, es muy tentadora - repitió Edgar
- Y tomando en cuenta que tiene seiscientos sesenta y cinco años de vida obviamente que no lo iban a encontrar en estudio reciente de hechicería - dijo Sirius Mayor
- En definitiva, te van a alejar del menor de los Weasley - le dijo Marlenne y al ver que no le entendían siguió leyendo.
—Y no es raro que no pudiéramos encontrar a Flamel en ese Estudio del reciente desarrollo de la hechicería —dijo Ron—. Él no es exactamente reciente si tiene seiscientos sesenta y cinco años, ¿verdad?
Sirius y Canuto se carcajeaban, Molly pensaba en maneras de alejar a su pequeño del chico Black mientras que el chico Black pensaba en maneras diferentes de malcriar a Harry y a Ron.
A la mañana siguiente, en la clase de Defensa Contra las Artes Oscuras, mientras copiaban las diferentes formas de tratar las mordeduras de hombre lobo, Harry y Ron seguían discutiendo qué harían con la Piedra Filosofal si tuvieran una.
- Deberían poner mas empeño en la clase - les regaño Dorea
- Bueno mama Dorea, con el profesor tan chapucero que tenían no se perdían de mucho.
Si, Dorea no podía creer que eso había sido dicho por Remus
 Hasta que Ron dijo que él se compraría su propio equipo de quidditch y Harry recordó el partido en que tendría a Snape de árbitro.
—Jugaré —informó a Ron y Hermione—. Si no lo hago, todos los Slytherins pensarán que tengo miedo de enfrentarme con Snape. Les voy a demostrar... les voy a borrar la sonrisa de la cara si ganamos.
- Esa perseverancia es digna de un león joven Potter - le aplaudió Minerva
Lily, James y Charlus hincharon el pecho de orgullo.
—Siempre y cuando no te borren a ti del terreno de juego —dijo Hermione.
- Y según tú soy yo el que tiene poco tacto -
- Pues a diferencia de ti, el mío sale a relucir una vez al año y no todos los días veinticuatro por siete -
- No puedes argumentar nada ante esa lógica hermanito - le dijo Ginny
Sin embargo, a medida que se acercaba el día del partido, Harry se ponía más nervioso, pese a todo lo que le había dicho a sus amigos.
- Tomando en cuenta que alguien te quiso matag, piensas que fue Snape y el digigigá el juego, es normal que estés así, hasta el más valiente lo estargia - le dijo Fleur
El resto del equipo tampoco estaba demasiado tranquilo. La idea de alcanzar a Slytherin en el torneo de la casa era maravillosa, nadie lo había conseguido en siete años, pero ¿podrían hacerlo con aquel árbitro tan parcial?
- Todo se puede queriendo - dijo Luna con su peculiar tono.
- Se necesitaría de un milagro -
- Pero Harry tendría que atrapar la snitch en tiempo récord - proponía Regulus, quien nuevamente sin darse cuenta le estaba respondiendo a Dorcas. Marlenne sonreía malévolamente al igual que Canuto y Sirius. Pensando en un plan para que esos dos hablarán en privado.
Harry no sabía si se lo imaginaba o no, pero veía a Snape por todas partes. Por momentos, hasta se preguntaba si Snape no lo estaría siguiendo para atraparlo.
Snape pensó que igual y eran órdenes de Dumbledore.
Las clases de Pociones se convirtieron en torturas semanales para Harry, por la forma en que lo trataba Snape.
Lily suspiró, deseando poder reconciliarse con su amigo de la infancia y este estuviera presente en su vida. La carta decía que todos merecen segundas oportunidades y ella pensaba seriamente en dársela a su amigo.
¿Era posible que Snape supiera que ellos habían averiguado lo de la Piedra Filosofal? Harry no se imaginaba cómo podía saberlo... aunque algunas veces tenía la horrible sensación de que Snape podía leer los pensamientos.
- Se llama legeremancia, puede hacerlo, pero no debe - dijo Albus. Harry recordó sus clases privadas he inconscientemente volteo a ver a su padre.
Harry supo, cuando le desearon suerte en la puerta de los vestuarios, la tarde siguiente, que Ron y Hermione se preguntaban si volverían a verlo con vida.
- Me veían como si me fuera a la guerra - dijo divertido.
- Pensé que lo habíamos disimulado bien -
- Tu lo disimulaste menos que Ron - la chica se avergonzó por eso
Marlenne siguió con la lectura porque no podían escuchar lo que el trío se murmuraba.
Aquello no era lo que uno llamaría reconfortante. Harry casi no oyó las palabras de Wood, mientras se ponía la túnica de quidditch y cogía su Nimbus 2.000.
- Pues creo que hasta tu pensabas que te ibas a la guerra - le decía Frank.
Ron y Hermione, entre tanto, encontraron un sitio en las gradas, cerca de Neville, que no podía entender por qué estaban tan preocupados, ni por qué llevaban sus varitas al partido.
- Y así fue todos los años, nunca nos enterábamos de lo que este trio hacia - suspiraba Neville
Lo que Harry no sabía era que Ron y Hermione habían estado practicando en secreto el Maleficio de las Piernas Unidas.
- Esos son amigos y no como los que tengo en casa - dijo Canuto, James lo miraba ofendido. Harry miró agradecido a sus amigos mientras pensaba que despues de 10 años estando solo el destino lo había recompensado muy bien.
Se les ocurrió la idea cuando Malfoy lo utilizó con Neville, y estaban listos para utilizarlo con Snape, si daba alguna señal de querer hacer daño a Harry.
Snape elevo una ceja.
—No te olvides, es locomotor mortis —murmuró Hermione, mientras Ron deslizaba su varita en la manga de la túnica.
—Ya lo sé —respondió enfadado—. No me des la lata.
Varios se rieron por el comentario de Ron.
Mientras tanto, en el vestuario, Wood había llevado aparte a Harry
—No quiero presionarte, Potter; pero si alguna vez necesitamos que se capture en seguida la snitch, es ahora. Necesitamos terminar el partido antes de que Snape pueda favorecer demasiado a Hufflepuff.
- Lo bueno es que no quiege presionagte -
- Wood nunca me presionaba - le respondía Harry
- Si como no, atrapa la snitch, aunque mueras en el intento - le susurraba George a Fred para que nadie lo oyera, pero McGonagall que tenía un super oído de profesora si lo hizo y se dijo que en un futuro vigilaría muy de cerca a ese tal Wood
—¡Todo el colegio está allí fuera! —dijo Fred Weasley, espiando a través de la puerta—. Hasta... ¡Vaya, Dumbledore ha venido al partido!
El corazón de Harry dio un brinco.
Al igual que el de varios en la sala.
- Quien sea que quiere hacerte daño no lo hará frente a Dumbledore, si tu dices que Snape no fue te tendré que creer - le dijo James a su cervatillo
- Si, eso mismo pensé papá.
—¿Dumbledore? —dijo, corriendo hasta la puerta para asegurarse. Fred tenía razón. Aquella barba plateada era inconfundible.
- La más sedosa del mundo mágico señores - bromeaba Charlie
- Hijo ten mas respeto - le regañaban
- Oh, pero yo creo que la más sedosa es la de Gandalf, aunque no pertenece al mundo mágico.
- ¿Gandalf es un muggle? - se cuestionaba Augusta mientras que los nacidos muggles se reían.
- Gandalf es un personaje ficticio de la novela El Señor de los Anillos y El Hobbit, del escritor británico J.R.R. Tolkien. - explico Lily
- También aparece en el Silmarillion y en el Legendarium, es un mago en los libros - terminó de explicar Hermione - y si, tiene una barba larga y blanca hasta más abajo de la cintura según los libros.
Ron y James veían embelesados a sus novias porque creía que eran brillantes. Y los demás pensaban que solo a Dumbledore se le ocurría meter un personaje ficticio en medio de todo esto.
Harry tenía ganas de reírse a carcajadas, del alivio que sentía. Estaba a salvo. No había forma de que Snape se animara a hacerle algo si Dumbledore estaba mirando.
Dumbledore se sintió feliz de que el chico pusiera tanta confianza en él. (Si Harry supiera que lo crio como cerdo para el matadero… pensaba la autora)
Tal vez por eso Snape parecía tan enfadado mientras los equipos desfilaban por el terreno de juego, algo que Ron también notó.
—Nunca vi a Snape con esa cara de malo —dijo a Hermione—. Mira, ya salen. ¡Eh!
- En esa época aún no había vivido lo suficiente - aclaró el pelirrojo
- Si, despues de segundo te acostumbras - le siguió Neville mientras Snape era mal mirado por las madres de estos.
Alguien había golpeado a Ron en la parte de atrás de la cabeza. Era Malfoy.
- Al fin saliste de tu escondite mariquita -
- Señorita Tonks, eso no viene al caso - le retaba McGonagall
- No, pero tenía ganas de decirlo, discúlpame primo. - Narcissa estaba que se le iba encima a su querida sobrina.
—Oh, perdón, Weasley, no te había visto.
Malfoy sonrió burlonamente a Crabbe y Goyle.
Malfoy agacho la cabeza, aun recordaba la muerte de Crabbe que aunque había sido un estúpido no merecía morir así.
—Me pregunto cuánto tiempo durará Potter en su escoba esta vez. ¿Alguien quiere apostar? ¿Qué me dices, Weasley?
Ron no le respondió:
- Eso, no cedas en sus provocaciones chico - le dijo Moody
Ron no le respondió: Snape acababa de pitar un penalti a favor de Hufflepuff, porque George Weasley le había tirado una bludger.
- No me arrepiento de nada - dijo con orgullo el león siendo aplaudido por sus tíos y por los merodeadores.
Hermione, que tenía los dedos cruzados sobre la falda, observaba sin cesar a Harry, que circulaba sobre el juego como un halcón, buscando la snitch.
—¿Sabéis por qué creo que eligen a la gente para la casa de Gryffindor? —
- Esto... señorita McKinnon podría leer lo que sigue de forma rápida, todos acá se dan cuenta de que en ese entonces era un imbécil - le pidió Draco a Marlenne sorprendiéndola por su forma de referirse a ella. - Solo dime Marlenne - le respondió.
… dijo Malfoy en voz alta unos minutos más tarde, mientras Snape daba otro penalti a Hufflepuff, sin ningún motivo
McGonagall miraba mal al Snape de la sala, aunque ella sabía que él no había hecho nada aun, pero es que con su equipo de quidditch nadie se metía y los demás se preparaban para lo que fuese a decir el niño Malfoy.
—. Es gente a la que le tienen lástima. Por ejemplo, está Potter; que no tiene padres, luego los Weasley, que no tienen dinero... Y tú, Longbottom, que no tienes cerebro.
Lucius sonrió con orgullo mientras Narcissa pensaba que por nada del mundo iba a dejar que Lucius educara de esa manera a su hijo.
Neville se puso rojo y se volvió en su asiento para encararse con Malfoy
—Yo valgo por doce como tú, Malfoy —tartamudeó.
*Que valiente* pensaron muchos. - La verdad eso me sorprendió - reconocía el rubio.
Malfoy, Crabbe y Goyle estallaron en carcajadas, pero Ron, sin quitar los ojos del partido, intervino.
—Así se habla, Neville.
- Y aun así pensaba que no era lo suficientemente valiente para estar en mi casa Joven Longbottom - le cuestionaba McGonagall recibiendo miradas agradecidas de los padres y abuela de Neville, este le sonrió a su profesora.
—Longbottom, si tu cerebro fuera de oro serías más pobre que Weasley, y con eso te digo todo.
La preocupación por Harry estaba a punto de acabar con los nervios de Ron.
- Eso termina en pelea - se reía Edgar
- Ni se te ocurra Ron -
- Pero mamá, estaba de los nervios con todo lo que estaba pasando con Harry, lo único que me faltaba es que el tonto de Draco viniera a fastidiar -
Y ante eso Molly ya no le dijo nada.
—Te prevengo, Malfoy... Una palabra más...
—¡Ron! —dijo de pronto Hermione—. ¡Harry...!
—¿Qué? ¿Dónde?
- Tranquilos, no paso nada - les dijo el chico a sus padres y abuelos al ver que ya se estaban preocupando.
Harry había salido en un espectacular vuelo, que arrancó gritos de asombro y vivas entre los espectadores.
A James y a Charlus les brillaban los ojos de orgullo.
Hermione se puso de pie, con los dedos cruzados en la boca, mientras Harry se lanzaba velozmente hacia el campo, como una bala.
—Tenéis suerte, Weasley, es evidente que Potter ha visto alguna moneda en el campo —dijo Malfoy
- Agradece que viniste acá en actitud de niño cambiado porque si no… - le medio amenazaba Gideon al tiempo que Fabian se pasaba el dedo por el cuello.
- Si así son sus comentarios en primero no quiero ni pensar cómo serán más adelante - decía Frank
- Oh, tuvo su merecido, mi parte favorita esta en tercero… - dijo Ron mirando de reojo a Hermione la cual se sonrojo. Draco lo miro mal.
Ron estalló. Antes de que Malfoy supiera lo que estaba pasando, Ron estaba encima de él, tirándolo al suelo.
- Eres rápido chico - le aplaudió Moody que estaba disfrutando de lo lindo al escuchar que le daban su merecido al MiniMalfoy
- ¡Ron! ¡Ron! - cantaban los bromistas
 Neville vaciló, pero luego se encaramó al respaldo de su silla para ayudar.
- ¡Neville! ¡Neville! - cantaban ahora los mismos.
- Eso es muy de valientes considerando que Crabbe y Goyle son unos mastodontes - dijo Charlie
- Pero es estúpido, no hay posibilidad de ganarles a esos dos -
- Eh… gracias por el voto de confianza Luna - esta le sonrío como quien no quiere la cosa. Aunque Neville sabía que tenía razón y eso mismo le susurro su novia.
—¡Vamos, Harry! —gritaba Hermione, subiéndose al asiento para ver bien a Harry, sin darse cuenta de que Malfoy y Ron rodaban bajo su asiento y sin oír los gritos y golpes de Neville, Crabbe y Goyle.
- ¡Dale con la silla! - gritaba Hannah con mucha efusividad sonrojando a Neville.
Alice solo suspiraba resignada, estaba orgullosa pero preocupada.
- Como ya dije, no es novedad que Grenger ignore a la comadreja - unos pajaritos inocentes picotearon al rubio unos segundos hasta que su dulce novia se apiado de el y realizo un Finite Incantatem. Ron estaba contento.
En el aire, Snape puso en marcha su escoba justo a tiempo para ver algo escarlata que pasaba a su lado, y que no chocó con él por sólo unos centímetros.
Snape tenia el presentimiento de que lo había hecho adrede al igual que Lily, y mas al ver que Harry tenia sonrisa de angelito que hubiera sido incluso mas creíble en la cara de James.
 Al momento siguiente Harry subía con el brazo levantado en gesto de triunfo y la mano apretando la snitch.
- ¡¡¡…Eso fue en tiempo récord…!!! - exclamaban los amantes de quidditch.
- No esperaba menos de un hijo mío - decía James de forma arrogante ganándose un golpe de Lily
Minerva estaba orgullosa al igual que Dorea y Lucius harto de estar ahí.
Las tribunas bullían. Aquello era un récord, nadie recordaba que se hubiera atrapado tan rápido la snitch.
- Es que nadie lo ha hecho - decía Flitwick con su voz chillona.
- Increíble - decían los que nunca habían visto jugar a Harry
—¡Ron! ¡Ron! ¿Dónde estás? ¡El partido ha terminado! ¡Hemos ganado! ¡Gryffindor es el primero! —Hermione bailaba en su asiento y se abrazaba con Parvati Patil, de la fila de delante.
- Y detrás de ti… tu novio enfrascado en una pelea a muerte - dramatizaba el pelirrojo, Herms le dio un beso en la mejilla para que se calmara. Ron recibió pulgares levantados de sus tíos.
Harry saltó de su escoba, a centímetros del suelo. No podía creerlo. Lo había conseguido... El partido había terminado y apenas había durado cinco minutos. Mientras los de Gryffindor se acercaban al terreno de juego, vio que Snape aterrizaba cerca, con el rostro blanco y los labios tirantes. Entonces Harry sintió una mano en su hombro y, al darse la vuelta, se encontró con el rostro sonriente de Dumbledore.
—Bien hecho —dijo Dumbledore en voz baja, para que sólo Harry lo oyera—. Muy bueno que no buscaras ese espejo... que te mantuvieras ocupado... excelente...
- Como mi hijo dijo en el capitulo pasado, tu yo del futuro trama algo Albus - dijo Charlus mirando al director. Harry pensó que cuando se leyera lo que planeó Dumbledore ni un mismo dragón lo podría defender de sus padres y abuelos.
Un rato después, Harry salió del vestuario para dejar su Nimbus 2.000 en la escobera. No recordaba haberse sentido tan contento. Había hecho algo de lo que podía sentirse orgulloso. Ya nadie podría decir que era sólo un nombre célebre.
- Y ahí queda mas que claro que Harry detesta su fama - dijo Dorcas
- En realidad la fama que me da el quidditch la disfruto - le dijo el chico. *Muy Potter* pensaron algunos.
El aire del anochecer nunca había sido tan dulce. Anduvo por la hierba húmeda, reviviendo la última hora en su mente, en una feliz nebulosa: los Gryffindors corriendo para llevarlo en andas, Ron y Hermione en la distancia, saltando como locos, Ron vitoreando en medio de una gran hemorragia nasal...
- ¿Valió la pena cada gota de sangre derramada? - le cuestionó Percy
- Valió la pena - le respondió Ron con tono Solemne.
Harry llegó a la cabaña. Se apoyó contra la puerta de madera y miró hacia Hogwarts, cuyas ventanas despedían un brillo rojizo en la puesta del sol.
- Así o más detalles - decía Ginny
 Gryffindor a la cabeza. Él lo había hecho, le había demostrado a Snape...
Y hablando de Snape.
Snape ya comenzaba a odiar el libro. Los aurores de la sala pusieron especial atención.
Una figura encapuchada bajó sigilosamente los escalones delanteros del castillo. Era evidente que no quería ser visto dirigiéndose a toda prisa hacia el bosque prohibido. La victoria se apagó en la mente de Harry mientras observaba. Reconoció a la figura que se alejaba. Era Snape, escabulléndose en el bosque, mientras todos estaban en la cena... ¿Qué sucedía?
- Eso nos preguntamos todos pequeño Potter - dijo Moody
Harry saltó sobre su Nimbus 2.000 y se elevó. Deslizándose silenciosamente sobre el castillo, vio a Snape entrando en el bosque. Lo siguió.
Marlenne se sorprendió porque nadie interrumpía.
Los árboles eran tan espesos que no podía ver adónde había ido Snape. Voló en círculos, cada vez más bajos, rozando las copas de los árboles, hasta que oyó voces. Se deslizó hacia allí y se detuvo sin ruido, sobre un haya.
Con cuidado se detuvo en una rama, sujetando su escoba y tratando de ver a través de las hojas.
Moody esperaba que ese chico y sus amigos ingresaran a su academia de aurores ya que les veía mucho potencial pero no les decía nada porque capaz que sus madres lo degollaban vivo por sugerir tal profesión para sus bebes. Y no es que fuera cobarde, más bien precavido.
Abajo, en un espacio despejado y sombrío, vio a Snape. Pero no estaba solo. Quirrell también estaba allí. Harry no podía verle la cara, pero tartamudeaba como nunca. Harry se esforzó por oír lo que decían.
- Ahora desconfió mas de ese tal Quirrell que de Snape y miren que decir eso para mi ya es mucho - decía James. Muchos estuvieron de acuerdo con él.
—... n-no sé p-por qué querías ver-verme j-justo a-aquí, de entre t-todos los l-lugares, Severus...
—Oh, pensé que íbamos a mantener esto en privado —dijo Snape con voz gélida
—. Después de todo, los alumnos no deben saber nada sobre la Piedra Filosofal.
Harry se inclinó hacia delante. Quirrell tartamudeaba algo y Snape lo interrumpió.
—¿Ya has averiguado cómo burlar a esa bestia de Hagrid?
- Esto cada vez está más enredado - decía frustrado Frank
—P-p-pero Severus, y-yo...
—Tú no querrás que yo sea tu enemigo, Quirrell —dijo Snape, dando un paso hacia él.
- No, no quiere - susurraba James. Si lo iba el a saber.
—Y-yo no s-sé qué...
—Tú sabes perfectamente bien lo que quiero decir.
Una lechuza dejó escapar un grito y Harry casi se cae del árbol. Se enderezó a tiempo para oír a Snape decir:
- Demasiada suerte por un día - se reía Harry.
Los aurores de la sala suspiraron frustrados por ese detalle.
—... tu pequeña parte del abracadabra. Estoy esperando.
—P-pero y-yo no...
—Muy bien —lo interrumpió Snape—. Vamos a tener otra pequeña charla muy pronto, cuando hayas tenido tiempo de pensar y decidir dónde están tus lealtades.
- Bueno Snape, no puedes negar que eso suena sospechoso, desde el punto de vista de Harry - le dijo Regulus. - Si bien tu podrías ser el malo o también Quirrell - Snape asentía en dirección al menor de los Black.
Se echó la capa sobre la cabeza y se alejó del claro. Ya estaba casi oscuro, pero Harry pudo ver a Quirrell inmóvil, como si estuviera petrificado.
Hermione se incomodo en su asiento recordando su segundo año y pensando que si no hubiera sido porque se encontró con esa bestia saliendo de la biblioteca probablemente estaría muerta. Ron la apretó en sus brazos.
—¿Harry, ¿dónde estabas?  —preguntó Hermione con voz aguda.
—¡Ganamos! ¡Ganamos! ¡Ganamos! —gritaba Ron al tiempo que daba palmadas a Harry en la espalda—. ¡Y yo le puse un ojo negro a Malfoy y Neville trató de vencer a Crabbe y Goyle él solo!
- Y estamos muy orgullosos por eso - dijeron los bromistas.
Narcissa se preocupo pero también le mando una mirada de *te lo ganaste* a su hijo.
 Todavía está inconsciente, pero la señora Pomfrey dice que se pondrá bien.
Alice suspiró aliviada al igual que Frank y Augusta.
Todos te están esperando en la sala común, vamos a celebrar una fiesta, Fred y George robaron unos pasteles y otras cosas de la cocina...
- Tanto así como robar robar no hermanito - le dijo Fred
- Si, los elfos te los dan con mucho gusto - le secundo George
—Ahora eso no importa —dijo Harry sin aliento—. Vamos a buscar una habitación vacía, ya veréis cuando oigáis esto...
Se aseguró de que Peeves no estuviera dentro antes de cerrar la puerta, y entonces les contó lo que había visto y oído.
- Me sorprende que a veces actúes muy adulto y otras muy niño - le dijo su abuelo. Harry lo miro sin entender - Estas tomando tus precauciones para compartir la información -le explicó a lo que Moody y Frank asentía - no muchos chicos de tu edad hubieran hecho eso.
—Así que teníamos razón, es la Piedra Filosofal y Snape trata de obligar a Quirrell a que lo ayude a conseguirla. Le preguntó si sabía cómo pasar ante Fluffy y dijo algo sobre el «abracadabra» de Quirrell... Eso significa que hay otras cosas custodiando la Piedra, además de Fluffy, probablemente cantidades de hechizos, y Quirrell puede haber hecho algunos encantamientos anti-Artes Oscuras que Snape necesita romper...
- Brillante - susurraba Moody
- Es una teoría muy creíble, pero siento que culpa al equivocado - dijo Frank
- ¿Por qué lo dices? - cuestionaba MiniSirius
- Porque si Snape esta enseñando en Hogwarts es porque Dumbledore confía en el -
- Puede estarlo engañando - decía Canuto, casi todos lo vieron como si tuviera dos cabezas, menos Ted, que había dicho algo parecido anteriormente, Sirius se río porque en el futuro lo mismo pensaba él y ahora que lo escuchaba de su “literal” propia boca se daba cuenta de lo estúpido que sonaba que alguien engañara a Dumbledore
- Solo una poción multijugos podría engañar a Albus - dijo Moody zanjando el tema.
*Cuanta razón* pensaban los del futuro.
—¿Quieres decir que la Piedra estará segura mientras Quirrell se oponga a Snape? —preguntó alarmada Hermione.
- A esa altura eso nos sobrepasaba, como dijo Ron, estábamos de los nervios -
- Viéndolo de esa forma, no creo que dure mucho - dijo Bill haciendo reír a Marlenne y a Ron
—En ese caso no durará mucho —dijo Ron.
Se escucharon varias risas en la sala.
- Así termina - dijo Marlenne viendo el capítulo que seguía - Oh... el que sigue esta bueno, Charlie debiste haber leído este.
El trio de oro se asustó. Ya sabían lo que venía en el próximo capitulo…
*Nos van a matar* pensaron. Draco se reía burlón.
- Yo leeré, por la cara de esos tres y la expresión de mi sobrino supongo que es algo interesante - decía Regulus mientras iba por el libro hasta donde estaba sentada Marlenne poniendo, de paso nerviosa a la pobre de Meadowes
Los dejé abandonados ocho meses, merezco ser torturada por Bellatrix pero ustedes son muy buenos y no lo permitirán :D
Les quería preguntar…
¿Qué quieren que pase con Lucius y con Snape?
¿Creen que alguien sobra en la lectura? O que falte alguien…
¿Hay alguien aquí?

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