martes, 21 de agosto de 2018

Norberto, el ridgeback noruego


- Así termina - dijo Marlenne viendo el capítulo que seguía - Oh... el que sigue esta bueno, Charlie debiste haber leído este.
El trio de oro se asustó. Ya sabían lo que venía en el próximo capitulo…
*Nos van a matar* pensaron. Draco se reía burlón.
- Yo leeré, por la cara de esos tres y la expresión de mi sobrino supongo que es algo interesante - decía Regulus mientras iba por el libro hasta donde estaba sentada Marlenne poniendo, de paso nerviosa a la pobre de Meadowes.
Regulus abrió el libro en el capítulo que seguía y al leer el titulo para sí mismo abrió los ojos de sorpresa
-Bien, hermanito te quedaras sin ahijado porque el capítulo se llama Norberto, el Ridgeback Noruego - dijo con una sonrisa.
- Eso es un dragón - dijeron Charlus y James al mismo tiempo, el primero un poco asustado y el otro entre asustado y enojado mirando mal a su hijo.
- No te basta con un perro de tres cabezas para que ahora vayas y te metas con un dragón - reñía Lily a su hijo.
 - Pero no fui solo yo, también ellos dos - se defendió el azabache recibiendo codazo doble por parte de sus amigos.
- ¡ESO NO LO JUSTIFICA JOVENCITO! - Harry pensaba que su mamá exageraba, pero mejor no le dijo nada. Molly miraba mal a su hijo que a su vez quería matar a su amigo por soltar la sopa antes de tiempo, Arthur intentaba calmar a Molly.
- ¡Nunca me hablaste de un dragón! - le gritaba Sirius, mientras Remus estaba de acuerdo y Dora intentaba calmarlo.
- Un pequeño detalle que se me pasó - dijo como quien no quiere la cosa, pensando que el pobre de su MiniYo sufriría las consecuencias porque sus padres tenían expresión de querer encerrarlo en su bóveda de Gringotts.
Regulus, despues de ver la sala medio arder empezó la lectura.
Sin embargo, Quirrell debía de ser más valiente de lo que habían pensado. En las semanas que siguieron se fue poniendo cada vez más delgado y pálido, pero no parecía que su voluntad hubiera cedido.
- Cedió antes de empezar el año - susurraba a sus amigos y novia
Cada vez que pasaban por el pasillo del tercer piso, Harry, Ron y Hermione apoyaban las orejas contra la puerta, para ver si Fluffy estaba gruñendo, allí dentro.
- Eso es una buena estrategia - decía Frank
- Es peligroso, detrás de esa puerta no hay un inocente e inofensivo animal - le dijo Alice siendo apoyada por muchos de la sala. Hagrid quería decir que no era peligroso, pero al ver las expresiones de Lily, Molly y Dorea mejor se guardó su comentario.
Snape seguía con su habitual mal carácter, lo que seguramente significaba que la Piedra estaba a salvo. Cada vez que Harry se cruzaba con Quirrell, le dirigía una sonrisa para darle ánimo, y Ron les decía a todos que no se rieran del tartamudeo del profesor.
*Que estupidez* pensaban
Hermione, sin embargo, tenía en su mente otras cosas, además de la Piedra Filosofal. Había comenzado a hacer horarios para repasar y a subrayar con diferentes colores sus apuntes.
- Y todo Potter necesita su Lunático - decía Canuto. Los profesores y madres miraban con aprobación a la castaña.
A Harry y Ron eso no les habría importado, pero los fastidiaba todo el tiempo para que hicieran lo mismo.
- Pero deben de faltar meses para los exámenes - decía Edgar, Hestia pensaba lo mismo que él.
—Hermione, faltan siglos para los exámenes.
- Lo que dije - recalco el mago
- Estábamos a mediados de Marzo - decía Ron con pesar
—Diez semanas —replicó Hermione—. Eso no son siglos, es un segundo para Nicolás Flamel.
—Pero nosotros no tenemos seiscientos años —le recordó Ron—. De todos modos, ¿para qué repasas si ya te lo sabes todo?
- Nunca intentes entender la mente de un cerebrito - le dijo Canuto a Ron - por muy guapa que sea - Hermione se sonrojo al igual que Ron.
—¿Que para qué estoy repasando? ¿Estás loco? ¿Te has dado cuenta de que tenemos que pasar estos exámenes para entrar en segundo año? Son muy importantes, tendría que haber empezado a estudiar hace un mes, no sé lo que me pasó...
- Te dejaste llevar por el lado escuro, eso fue lo que te paso -
- Entiendo el sentimiento - dijeron con un suspiro Remus y LunaticoMenor respectivamente.
- Estudiar desde febrero para los exámenes es mucho no crees Hermione - le decía para sorpresa de todos Lily.
- Si eso les sorprende esperen a ver lo que hizo en tercer año -
- ¡Ginny! - le grito Hermione poniéndose toda roja.
Pero desgraciadamente, los profesores parecían pensar lo mismo que Hermione.
Al igual que los profesores de la sala.
Les dieron tantos deberes que las vacaciones de Pascua no resultaron tan divertidas como las de Navidad. Era difícil relajarse con Hermione al lado, recitando los doce usos de la sangre de dragón o practicando movimientos con la varita.
Incluso a Luna que fue Ravenclaw, eso se le hacía mucho.  
Quejándose y bostezando, Harry y Ron pasaban la mayor parte de su tiempo libre en la biblioteca con ella, tratando de hacer todo el trabajo suplementario.
- Quejándose y bostezando… - dijo Molly
- No fuera para hacerla de detectives que hasta en navidad lo hacen con gusto - continuó Lily, ambas fulminando a sus hijos con su mirada, estos pensaron que se enfrentaban a verdaderas leonas. James y Arthur sentían pena por sus hijos.
—Nunca podré acordarme de esto —estalló Ron una tarde, arrojando la pluma y mirando por la ventana de la biblioteca con nostalgia. Era realmente el primer día bueno desde hacía meses. El cielo era claro, y las nomeolvides azules y el aire anunciaban el verano.
- Realmente me sorprenden los detalles de este libro - decía Sprout, muchos estaban de acuerdo con ella.
- Con un día así de bueno y ustedes estudiando - dijo James
- Podrían hacerlo en los jardines - le contesto Lily mirando al trio.
- Si bueno, no se nos ocurrió - dijo la castaña.
Harry, que estaba buscando «díctamo» en Mil hierbas mágicas y hongos no levantó la cabeza hasta que oyó que Ron decía:
*Larga vida al díctamo *pensaba Ron
—¡Hagrid! ¿Qué estás haciendo en la biblioteca?
Hagrid se emocionó porque aparecía en la lectura despues de varios capítulos. Pobrecito.
Hagrid apareció con aire desmañado, escondiendo algo detrás de la espalda. Parecía muy fuera de lugar; con su abrigo de piel de topo.
—Estaba mirando —dijo con una voz evasiva que les llamó la atención—. ¿Y vosotros qué hacéis? —De pronto pareció sospechar algo—. No estaréis buscando todavía a Nicolás Flamel, ¿no?
- Mi querido y apreciado Hagrid te tengo una mala noticia… - dijo Gideon
- …vas un poco atrasado de información amigo - le segundo Fabian
- Dejen de hacerle a la bobada - les riño Molly que con una mirada cariñosa pidió a Regulus que siguiera leyendo.
—Oh, lo encontramos hace siglos —dijo Ron con aire grandilocuente—. Y también sabemos lo que custodia el perro, es la Piedra Fi...
- Si si ya sé, fue estúpido - admitió el pelirrojo.
—¡¡Shhh!! —Hagrid miró alrededor para ver si alguien los escuchaba—. No podéis ir por ahí diciéndolo a gritos. ¿Qué os pasa?
—En realidad, hay unas pocas cosas que queremos preguntarte —dijo Harry— sobre qué cosas más custodian la Piedra, además de Fluffy...
James sonrió - Si se lo preguntas directamente no te lo va a decir hijo -
- Si, tienes que darle unas cuantas copas -
- O con poción de la suerte igual y suelta la sopa - dijeron dos voces.
- ¡Señores Black! - les reprendió McGonagall
- En realidad solo tienen que usar las palabras adecuadas -
- ¡Remus! - le gritaron Lily y Dorea
—¡SHHHH! —dijo Hagrid otra vez—. Mirad, venid a verme más tarde, no os prometo que os vaya a decir algo, pero no andéis por ahí hablando, los alumnos no deben saber nada. Van a pensar que yo os lo he contado...
—Te vemos más tarde, entonces —dijo Harry
- Algo me dice que van a encontrar la forma de sacarle la información a Hagrid - dijo Alice. El grandulón se ruborizo.
- Bueno, ten en cuenta que hablar de la piedra en la biblioteca causaría que Hagrid los cite para más tarde, para evitar que alguien mas escuchara - razonó Regulus, durante un breve tiempo los lectores analizaron lo que el menor de los Black había dicho y llegaron a la conclusión de que tenia razón. Despues Reg siguió leyendo.
Hagrid se escabulló.
—¿Qué escondía detrás de la espalda? —dijo Hermione con aire pensativo.
—¿Creéis que tiene que ver con la Piedra?
- Creo que tiene mas que ver con el título del capítulo - dijo Remus. En el fondo Hagrid estaba emocionado, pero no lo demostraba por miedo a McGonagall.
—Voy a ver en qué sección estaba —dijo Ron, cansado de sus trabajos. Regresó un minuto más tarde, con muchos libros en los brazos. Los desparramó sobre la mesa.
—¡Dragones! —susurró—. ¡Hagrid estaba buscando cosas sobre dragones! Mirad estos dos: Especies de dragones en Gran Bretaña e Irlanda y Del huevo al infierno, guía para guardianes de dragones...
- Ay Hagrid - exclamaba la profesora de transformaciones ante la diversión de varios de la sala.
- ¡Que buenos libros!, son los que yo leía mientras estaba en Hogwarts - recordaba Charlie. Molly ya estaba planeando entrar a Hogwarts y robar los libros.
—Hagrid siempre quiso tener un dragón, me lo dijo el día que lo conocí —dijo Harry
- Hagrid tienes que entender que es ilegal - le recordaba Charlie
- Pero yo podría cuidarlo muy bien- se defendía el semigigante.
—Pero va contra nuestras leyes —dijo Ron—. Criar dragones fue prohibido por la Convención de Magos de 1709, todos lo saben. Era difícil que los muggles no nos detectaran si teníamos dragones en nuestros jardines. De todos modos, no se puede domesticar un dragón, es peligroso. Tendríais que ver las quemaduras que Charlie se hizo con esos dragones salvajes de Rumania.
A Arthur y a Molly eso no le hacía mucha gracia.
- Oficialmente Ron es mi hermano favorito - dijo Charlie
—Pero no hay dragones salvajes en Inglaterra, ¿verdad? —preguntó Harry
—Por supuesto que hay —respondió Ron—. Verdes en Gales y negros en Escocia.
*Y debajo de Londres* pensaron los que venían del futuro.
 Al ministro de Magia le ha costado trabajo silenciar ese asunto, te lo aseguro. Los nuestros tienen que hacerles encantamientos a los muggles que los han visto para que los olviden.
—Entonces ¿en qué está metido Hagrid? —dijo Hermione.
- En un pequeño problema… -
- …que se hará grande y más grande - dijeron Fred y George
- Que escupirá fuego…
- …y probablemente tenga veneno - añadieron Gideon y Fabian
Cuando llamaron a la puerta de la cabaña del guardabosques, una hora más tarde, les sorprendió ver todas las cortinas cerradas. Hagrid preguntó «¿quién es?» antes de dejarlos entrar, y luego cerró rápidamente la puerta tras ellos.
En el interior; el calor era sofocante. Pese a que era un día cálido, en la chimenea ardía un buen fuego. Hagrid le preparó el té y les ofreció bocadillos de comadreja, que ellos no aceptaron.
- Definitivamente tomaré clases de cocina - dijo Hagrid tratando de relajar el ambiente. Funciono a medias.
—Entonces ¿queríais preguntarme algo?
—Sí —dijo Harry. No tenía sentido dar más vueltas—. Nos preguntábamos si podías decirnos si hay algo más que custodie a la Piedra Filosofal, además de Fluffy.
- Directo al grano - dijeron los Prewett
- Harry no tiene el humor como para ir yéndose por las ramas - les decía Herms
- Cuando lo hace mantiene la calma y luego se desquita con nosotros - terminó Ron
Harry pensaba seriamente buscar otros amigos.
Hagrid lo miró con aire adusto.
- Por lo menos lo intentaste - le decía Sprout a Hagrid.
—Por supuesto que no puedo —dijo—. En primer lugar; no lo sé. En segundo lugar, vosotros ya sabéis demasiado, así que tampoco os lo diría si lo supiera. Esa Piedra está aquí por un buen motivo. Casi la roban de Gringotts... Aunque eso ya lo sabíais, ¿no? Me gustaría saber cómo averiguasteis lo de Fluffy.
- Gracias a mi - dijo cierto rubio recibiendo malas miradas del trio dorado más Neville.
- Me sorprende que lo digas con un tono tan orgulloso Draco - le reprendía Narcissa. Lucius estaba a punto de quedarse dormido.
—Oh, vamos, Hagrid, puedes no querer contarnos, pero debes saberlo, tú sabes todo lo que sucede por aquí —dijo Hermione, con voz afectuosa y lisonjera. La barba de Hagrid se agitó y vieron que sonreía. Hermione continuó—: Nos preguntábamos en quién más podía confiar Dumbledore lo suficiente para pedirle ayuda, además de ti.
­- Hermione eres un genio, a eso me refería cuando dije que solo debían usar las palabras adecuadas - le dijo Remus mientras la chica recibía orgullosa la mirada de asombro de casi todos los de la sala. Hagrid se sentía derrotado por una niña de primero.
- Remus sabe lo que es ser corrompido - dijeron los merodeadores mientras Minnie los miraba mal.
- Eso fue muy astuto - dijo Regulus para despues seguir leyendo.
Con esas últimas palabras, el pecho de Hagrid se ensanchó. Harry y Ron miraron a Hermione con orgullo.
Miradas que repitieron en ese momento.
—Bueno, supongo que no tiene nada de malo deciros esto...
Hagrid agacho su cabeza sumamente avergonzado de su yo futuro.
…Dejadme ver... Yo le presté a Fluffy... luego algunos de los profesores hicieron encantamientos... la profesora Sprout, el profesor Flitwick, la profesora McGonagall —contó con los dedos—, el profesor Quirrell y el mismo Dumbledore, por supuesto. Esperad, me he olvidado de alguien. Oh, claro, el profesor Snape.
- Eso los va a confundir - dijo Charlus
- Claro, porque pueden pensar que él la está protegiendo o pensar que como que ya conoce las demás protecciones puede robarla. - decía Dorea
- Y seguramente pensaran lo primero - dijo con ironía Snape
—¿Snape?
—Ajá... No seguiréis con eso todavía, ¿no? Mirad, Snape ayudó a proteger la Piedra, no quiere robarla.
Harry sabía que Ron y Hermione estaban pensando lo mismo que él. Si Snape había formado parte de la protección de la Piedra, le resultaría fácil descubrir cómo la protegían los otros profesores. Es probable que supiera todos los encantamientos, salvo el de Quirrell, y cómo pasar ante Fluffy.
Snape rodo los ojos.  
—Tú eres el único que sabe cómo pasar ante Fluffy, ¿no, Hagrid? —preguntó Harry con ansiedad—. Y no se lo dirás a nadie, ¿no es cierto? ¿Ni siquiera a un profesor?
—Ni un alma lo sabe, salvo Dumbledore y yo —dijo Hagrid con orgullo.
Dumbledore vio a Hagrid agradecido
- Y pensar que para ese momento Voldemort ya lo sabia - les susurraba Ron a sus amigos.
—Bueno, eso es algo —murmuró Harry a los demás—. Hagrid, ¿podríamos abrir una ventana? Me estoy asando.
—No puedo, Harry, lo siento —respondió Hagrid. Harry notó que miraba de reojo hacia el fuego. Harry también miró.
- Este niño se fija en todo - decía el guardabosques
- No es como si fueras muy discreto Hagrid - respondió con una sonrisa.
—Hagrid... ¿Qué es eso?
Pero ya sabía lo que era. En el centro de la chimenea, debajo de la cazuela, había un enorme huevo negro.
A Hagrid le brillaban los ojos de emoción. McGonagall sentía que en cualquier momento algo le iba a dar.
- Y se les suman mas problemas no es así chicos - es cuestiono Lily
- Teníamos que ayudar a un amigo - le respondió su hijo.
—Ah —dijo Hagrid, tirándose con nerviosismo de la barba—. Eso... eh...
—¿Dónde lo has conseguido, Hagrid? —preguntó Ron, agachándose ante la chimenea para ver de cerca el huevo— Debe de haberte costado una fortuna.
—Lo gané —explicó Hagrid—. La otra noche. Estaba en la aldea, tomando unas copas y me puse a jugar a las cartas con un desconocido. Creo que se alegró mucho de librarse de él, si he de ser sincero.
- De acuerdo, eso es sospechoso - dijo Regulus
- ¿Por qué? - preguntaban los gemelos Weasley.
- Porque nadie anda como si nada por los bares con huevos de dragón en el bolsillo - les respondió Dorcas. *Exactamente* pensó Reg, pero no lo dijo en voz alta porque quería ahorrarse los cometarios de su hermano.
- Y que casualidad que encontraran a Hagrid - le completó Marlenne. Alastor, Frank, Remus y Charlus asentían de acuerdo con las chicas.
—Pero ¿qué vas a hacer cuando salga del cascarón? —preguntó Hermione.
—Bueno, estuve leyendo un poco —dijo Hagrid, sacando un gran libro de debajo de su almohada—. Lo conseguí en la biblioteca: Crianza de dragones para placer y provecho. Está un poco anticuado, por supuesto, pero sale todo.
Charlie asentía de forma muy vigorosa.
- Discúlpenlo, fue mi primer hermano menor y se me cayó de chiquito - decía con burla Bill ganándose una fea mirada de su hermano menor, pero como estaba bien abrazado a su esposa le importó un pepino.
Mantener el huevo en el fuego, porque las madres respiran fuego sobre ellos y, cuando salen del cascarón, alimentarlos con brandy mezclado con sangre de pollo, cada media hora. Y mirad, dice cómo reconocer los diferentes huevos. El que tengo es un ridgeback noruego. Y son muy raros.
Parecía muy satisfecho de sí mismo, pero Hermione no.
- Obviamente, la sensatez en persona - dijo Canuto
- Es que piensa Chiqui Sirius, Hagrid vive en una casa de madera - intentaba razonar Dorea. Su apodo al ojjigris menor causó risas de casi toda la sala, menos de Lucius que estaba en su quinto sueño y de Sirius que miraba a su Mama Dorea de forma ofendida.
—Hagrid, tú vives en una casa de madera —dijo.
- Mamá Dorea piensas como una niña de 11 años - le decía con burla Chiqui… digo, Mini Canuto
- ¿Qué dijiste? -
- No ya nada -
Pero Hagrid no la escuchaba. Canturreaba alegremente mientras alimentaba el fuego.
Así que ya tenían algo más de qué preocuparse: lo que podía sucederle a Hagrid si alguien descubría que ocultaba un dragón ilegal en su cabaña.
- Lo siento mucho chicos -
-No te preocupes Hagrid, nuestra vida ya no era tranquila, un pequeño dragoncito no sería problema - le dijo Ron con ironía.
- Y para eso están los amigos - le dijo Harry.
—Me pregunto cómo será tener una vida tranquila — suspiró Ron
- Ocho años despues y sigue buscando la respuesta - decía el niño que vivió.
- Nunca lo sabré - dijo Ron
- Perdimos la esperanza ese año - añadió Hermione sin notar que algunos en la sala se ponían medio pálidos.
…mientras noche tras noche luchaban con todo el trabajo extra que les daban los profesores. Hermione había comenzado ya a hacer horarios de repaso para Harry y Ron. Los estaba volviendo locos.
- Tampoco nos acostumbramos a eso - dijeron los dos chicos al mismo tiempo
Entonces, durante un desayuno, Hedwig entregó a Harry otra nota de Hagrid. Sólo decía: «Está a punto de salir».
- Tienen que ir inmediatamente - les dijo James
- ¡James! No los incites a saltarse las clases -
Ron quería faltar a la clase de Herbología e ir directamente a la cabaña. Hermione no quería ni oír hablar de eso.
- Los profesores y madres de los niños asentían de acuerdo.
—Hermione, ¿cuántas veces en nuestra vida veremos a un dragón saliendo de su huevo?
- Exactamente - apoyaba James. A Harry le dio risa que su papa intentaba evitar la mirada de su mamá.
—Tenemos clases, nos vamos a meter en líos y no vamos a poder hacer nada cuando alguien descubra lo que Hagrid está haciendo...
- Alguna vez te han escuchado - le cuestionaba Marlenne
- A veces lo logro - suspiraba la castaña recibiendo una mala mirada de sus amigos
—¡Cállate! —susurró Harry.
Ese grito sorprendió a algunos, Harry nunca gritaba.
Malfoy estaba cerca de ellos y se había quedado inmóvil para escucharlos. ¿Cuánto había oído? A Harry no le gustó la expresión de su cara.
- A nadie le gusta -dijeron los gemelos Weasley
- Solo a Astoria - dijo Ginny sonrojando a la novia del hurón. Lucius agradecía que por lo menos fuera sangre pura.
Ron y Hermione discutieron durante todo el camino hacia la clase de Herbologia
- Si tuviéramos que resumir mis años en Hogwarts, esa frase se repetiría cada dos por tres - decía Harry resignado.
- Te estas ganando una buena Potter - le amenazó Hermione. Ginny abrazo a su novio para protegerlo. Los que habían compartido años con el trio no entendían la molestia de Hermione si Harry solo decía la verdad.
- Los que pelean durante todos sus años de escuela se atraen - decía Alice - si no, pregúntenle a Marlenne y a Sirius - esto causo las risas de Dorcas, Lily, Frank, James y ambos Remus.
- ¡Alice! - le grito la rubia. Canuto menor sonrió de lado, y Sirius con nostalgia. Harry se preguntaba porque su padrino nunca le mencionó a la rubia, le preguntaría despues.
Regulus siguió leyendo.
Ron y Hermione discutieron durante todo el camino hacia la clase de Herbologia y, al final, Hermione aceptó ir a la cabaña de Hagrid con ellos durante el recreo de la mañana. Cuando al final de las clases sonó la campana del castillo, los tres dejaron sus trasplantadores y corrieron por el parque hasta el borde del bosque. Hagrid los recibió, excitado y radiante.
Justo así se encontraba el Hagrid de la sala.
—Ya casi está fuera —dijo cuando entraron.
- Admito que estoy emocionado - dijo Fabian
- Admito lo mismo que mi copia - dijo Gideon
- Admitimos lo mismo que nuestros tíos - dijeron los otros dos gemelos.
- Admito lo mismo que los tíos de las copias pelirrojas - dijo James
- Admito lo mismo que Corna… -
- ¡Ya déjenme leer! - medio gritaba fastidiado Regulus.
El huevo estaba sobre la mesa. Tenía grietas en la cáscara. Algo se movía en el interior y un curioso ruido salía de allí. Todos acercaron las sillas a la mesa y esperaron, respirando con agitación. De pronto se oyó un ruido y el huevo se abrió.
- Ya nació - exclamaba emocionado Charlie, sus hermanos rodaron los ojos exasperados.
La cría de dragón aleteó en la mesa. No era exactamente bonito. Harry pensó que parecía un paraguas negro arrugado. Sus alas puntiagudas eran enormes, comparadas con su cuerpo flacucho.
- Si parecía un paraguas negro arrugado - decía Bill
Tenía un hocico largo con anchas fosas nasales, las puntas de los cuernos ya le salían y tenía los ojos anaranjados y saltones. Estornudó. Volaron unas chispas.
- Es precioso - dijeron Charlie y Hagrid a la vez.
—¿No es precioso? —murmuró Hagrid. Alargó una mano para acariciar la cabeza del dragón. Este le dio un mordisco en los dedos, enseñando unos colmillos puntiagudos.
—¡Bendito sea! Mirad, conoce a su mamá —dijo Hagrid.
- Hagrid no es para que llores de emoción - se mofaba James
- Es que no puedo creer que voy a tener un dra… - se corto cuando vio la mirada de McGonagall - es decir, como se me pudo ocurrir - termino con voz medio rara al ver que la profesora de transformaciones casi echaba chispas por los ojos.
—Hagrid —dijo Hermione—. ¿Cuánto tardan en crecer los ridgebacks noruegos? Hagrid iba a contestarle, cuando de golpe su rostro palideció. Se puso de pie de un salto y corrió hacia la ventana.
—¿Qué sucede?
—Alguien estaba mirando por una rendija de la cortina... Era un chico... Va corriendo hacia el colegio.
Harry fue hasta la puerta y miró. Incluso a distancia, era inconfundible: Malfoy había visto el dragón.
- Porque sonríes - le cuestionaba Astoria a su novio
- Porque lo que viene es muy agradable, tu no lo sabe porque aun no entrabas, pero Gryffindor odio un poco a Potter y a sus amigos -
- Y eso que tiene que ver contigo - le cuestionó Narcissa
- Yo lo cause - se reía el rubio recordando esos puntos maravillosos que los leones habían perdido.
- El que ríe al último ríe mejor - le dijo Percy
···
Algo en la sonrisa burlona de Malfoy durante la semana siguiente ponía nerviosos a Harry, Ron y Hermione.
- No me arrepiento de nada - decía el rubio.
- ¡Pensamos que nos acusarías y nos expulsarían! -
- A ustedes nunca los expulsarían - le replicaba el rubio a Ron, el cual iba a contestarle, pero se cortó al ver que Hannah de Hufflepuff y Luna de Ravenclaw asentían estando de acuerdo con el rubio.
Pasaban la mayor parte de su tiempo libre en la oscura cabaña de Hagrid, tratando de hacerlo entrar en razón.
—Déjalo ir —lo instaba Harry—. Déjalo en libertad.
—No puedo —decía Hagrid—. Es demasiado pequeño. Se morirá.
Hagrid asentía de acuerdo con su yo del futuro.
Miraron el dragón. Había triplicado su tamaño en sólo una semana. Ya le salía humo de las narices. Hagrid no cumplía con sus deberes de guardabosques porque el dragón ocupaba todo su tiempo. Había botellas vacías de brandy y plumas de pollo por todo el suelo.
- Ay Hagrid - exclamaban los profesores, pero Hagrid no hacía caso, el fantaseaba en su cabeza con su futuro dragón.
—He decidido llamarlo Norberto —dijo Hagrid, mirando al dragón con ojos húmedos—. Ya me reconoce, mirad. ¡Norberto! ¡Norberto! ¿Dónde está mamá?
- Ha perdido el juicio - decía Sirius
—Ha perdido el juicio —murmuró Ron a Harry.
Sirius entendía porque el amigo de su ahijado le caía tan bien.
—Hagrid —dijo Harry en voz muy alta—, espera dos semanas y Norberto será tan grande como tu casa. Malfoy se lo contará a Dumbledore en cualquier momento.
- Albus podría asegurarse de que Norberto vaya a un lugar adecuado para él y no haría nada en contra de Hagrid - dijo Charlus a lo que el mencionado asentía, nunca echaría a Hagrid por algo así, no despues de la injusticia que se le hicieron en su época en Hogwarts.
- Si, bueno… en ese momento no conocíamos tan bien al profesor - le contesto su nieto.
Hagrid se mordió el labio.
—Yo... yo sé que no puedo quedarme con él para siempre, pero no puedo echarlo, no puedo.
Harry se volvió hacia Ron súbitamente.
—Charlie —dijo.
El mencionado trago saliva nervioso evitando la mirada de su mamá.
—Tú también estás mal de la cabeza —dijo Ron—. Yo soy Ron, ¿recuerdas?
—No... Charlie, tu hermano. En Rumania. Estudiando dragones. Podemos enviarle a Norberto. ¡Charlie lo cuidará y luego lo dejará vivir en libertad!
—¡Genial! —dijo Ron—. ¿Qué piensas de eso, Hagrid?
Y al final, Hagrid aceptó que enviaran una lechuza para pedirle ayuda a Charlie.
- Y supongo que tú, como buen hermano mayor nos avisaste - le pregunto Molly
- Yo, como buen hermano mayor lo ayudé y se lo comuniqué a mi hermano mayor que es Bill, para que él te lo comentara a tí - le respondió Charlie. Bill quería matar a su hermano. Arthur sonreía por la maravillosa relación de sus hijos mientras intentaba que Molly no siguiera interrogando a sus hijos,
La semana siguiente pareció alargarse. La noche del miércoles encontró a Harry y Hermione sentados solos en la sala común, mucho después de que todos se fueran a acostar. El reloj de la pared acababa de dar doce campanadas cuando el agujero de la pared se abrió de golpe. Ron surgió de la nada, al quitarse la capa invisible de Harry. Había estado en la cabaña de Hagrid, ayudándolo a alimentar a Norberto, que ya comía ratas muertas.
- Se hubiera comido a Scabbers - decía con furia el pelirrojo. Algo que a los del pasado se les hizo raro puesto que era su mascota.
- A todo esto, porque no estará acá Peter - preguntaba James a nadie en general.
- Lo entenderás en el tercer libro - le dijo Sirius con voz seria e intentando evitar la mirada de su amigo.
—¡Me ha mordido! —dijo, enseñándoles la mano envuelta en un pañuelo ensangrentado
Molly miró preocupado a su hijo. Ron le mostro su mano a su mamá para que viera que ya no tenía ninguna mordida.
—No podré escribir en una semana. Os aseguro que los dragones son los animales más horribles que conozco, pero para Hagrid es como si fuera un osito de peluche. Cuando me mordió, me hizo salir porque, según él, yo lo había asustado… Esto causo risas de la sala. Y cuando me fui le estaba cantando una canción de cuna.
Hagrid que ya había dejado de fantasear con su futuro Norbertito le mando una mirada de disculpa al pelirrojo
Se oyó un golpe en la ventana oscura.
—¡Es Hedwig! —dijo Harry, corriendo para dejarla entrar—. ¡Debe de traer la respuesta de Charlie!
Los tres juntaron las cabezas para leer la carta.
Querido Ron:
¿Cómo estás? Gracias por tu carta. Estaré encantado de quedarme con el
ridgeback noruego, pero no será fácil traerlo aquí. Creo que lo mejor será
hacerlo con unos amigos que vienen a visitarme la semana que viene. El
problema es que no deben verlos llevando un dragón ilegal. ¿Podríais llevar
al ridgeback noruego a la torre más alta, la medianoche del sábado? Ellos se
encontrarán contigo allí y se lo llevarán mientras dure la oscuridad.
Envíame la respuesta lo antes posible.
Besos,
Charlie
- No quieres que de paso le enseñen a leer - le dijo con sarcasmo Percy
- Bueno, no podía hacer mucho desde Rumania. - se defendió el pelirrojo segundo.
Se miraron.
—Tenemos la capa invisible — dijo Harry—. No será tan difícil... creo que la capa es suficientemente grande para cubrir a Norberto y a dos de nosotros.
- Ves que mi capa es de ayuda cuando se necesita - le decía James a Lily
- Si los llegan a descubrir se meterán en un gran lío - le decía con firmeza
- Oh vamos… a lo mucho Minnie los castigara con alguna tarea y les quitaran unos cuantos puntos, y si los descubre con el dragón los llevará ante Dumbledore que lo peor que puede hacer será darles caramelos de limón - McGonagall miraba mal al director por ser tan blando con los alumnos.
*Unos cuantos puntos* pensaban los del futuro que estuvieron ese año en Hogwarts. Draco seguía sonriendo.
La prueba de lo mala que había sido aquella semana para ellos fue que aceptaron de inmediato. Cualquier cosa para liberarse de Norberto... y de Malfoy.
- Sobretodo de Malfoy - dijeron Ron y Harry
- Pues es un buen plan - dijo Canuto
- Es un plan de un Potter MiniMi- le dijo Sirius
- Oh, algo saldrá mal entonces - dijo con pesar Canutito
Charlus, James y Harry miraron mal a los dos Black.
Se encontraron con un obstáculo. A la mañana siguiente, la mano mordida de Ron se había inflamado y tenía dos veces su tamaño normal. No sabía si convenía ir a ver a la señora Pomfrey ¿Reconocería una mordedura de dragón? Sin embargo, por la tarde no tuvo elección. La herida se había convertido en una horrible cosa verde.
- De que la va a reconocer la va a reconocer, pero no hará preguntas - dijo Dorcas
- Y por supuesto que tienes que ir a ver a la enfermera, la mano no se va a curar por si sola - le medio reprendió Charlie a su hermano.
Parecía que los colmillos de Norberto tenían veneno.
Casi todos miraron a Charlie incluyendo Hagrid que comenzaba a sentirse un poco culpable.
- Si tienen veneno, pero al no ser un dragón adulto no es tan peligroso.
- Si fuera un dragón adulto lo último que me preocuparía es el veneno - dijo Ron muy pálido, los des pasado pensaron que era por miedo de imaginarse frente a un dragón, pero Ron recordaba perfectamente al dragón de Gringotts y a los que estuvieron en el castillo en el torneo. *Si se escandalizan así por un dragón bebé, Harry te van a querer encerrara piedra y lodo cuando se lea el cuarto libro* le susurró a su amigo.
Al finalizar el día, Harry y Hermione fueron corriendo hasta el ala de la enfermería para visitar a Ron y lo encontraron en un estado terrible.
—No es sólo mi mano —susurró— aunque parece que se me vaya a caer a trozos.
- Que puede ser peor que eso - se preguntaba Dorea. Narcissa ya se lo imaginaba.
…Malfoy le dijo a la señora Pomfrey que quería pedirme prestado un libro, y vino y se estuvo riendo de mí. Me amenazó con decirle a ella quién me había mordido (yo le había dicho que era un perro, pero creo que no me creyó). No debí pegarle en el partido de quidditch. Por eso se está portando así.
- Por supuesto que no te creyó - le dijo la profesora Sprout
- Yo no necesitaba una excusa para molestarlos - decía el dragoncito (y no me refiero a Norberto)
Harry y Hermione trataron de calmarlo.
—Todo habrá terminado el sábado a medianoche —dijo Hermione, pero eso no lo tranquilizó. Al contrario, se sentó en la cama y comenzó a temblar.
- Tranquila mamá, no temblaba por el veneno - le dijo Ron a Molly
—¡La medianoche del sábado! —dijo con voz ronca—. Oh, no, oh, no... acabo de acordarme... la carta de Charlie estaba en el libro que se llevó Malfoy, se enterará de la forma en que nos libraremos de Norberto.
- ¡¿QUEEE?! - exclamaron casi todos despertando a Lucius de su siesta.
- Chicos… las pruebas se destruyen inmediatamente - les dijo Tonks con tono afligido, Moody asentía de acuerdo con la chica.
- Es que tu apareces hasta en la sopa - le reclamaba Canuto a su sobrino
Harry y Hermione no tuvieron tiempo de contestarle. Apareció la señora Pomfrey y los hizo salir; diciendo que Ron necesitaba dormir.
—Es muy tarde para cambiar los planes —dijo Harry a Hermione—. No tenemos tiempo de enviar a Charlie otra lechuza y ésta puede ser nuestra única oportunidad de librarnos de Norberto. Tendremos que arriesgarnos. Y tenemos la capa invisible y Malfoy no lo sabe.
- Al final Harry resuelve todo a lo bruto - dijo Neville con una sonrisa, Harry le iba a reclamar pero Ginny le dio a entender con la mirada que Neville tenia razón.
Malfoy gruño por eso con un puchero que a Astoria se le hizo demasiado adorable, al rubio le hubiera gustado enterarse de eso mucho antes.
Encontraron a Fang, el perro cazador de jabalíes, sentado afuera, con la cola vendada, cuando fueron a avisar a Hagrid. Éste les habló a través de la ventana.
—No os hago entrar —jadeó— porque Norberto está un poco molesto. No es nada importante, ya me ocuparé de él.
- No entiendo como es que el Hagrid de nuestro tiempo quiso criar a un dragón en su cabaña - se preguntaba Luna
Cuando le contaron lo que decía Charlie, se le llenaron los ojos de lágrimas, aunque tal vez fuera porque Norberto acababa de morderle la pierna.
Varios miraron al Hagrid de la sala preocupados, pero este les decía *es solo un cachorro*-
—¡Aaay! Está bien, sólo me ha cogido la bota... está jugando... después de todo es sólo un cachorro.
- Eso no era bueno para ti Hagrid - le dijo Molly, este bajo su cabeza avergonzado.
El cachorro golpeó la pared con su cola, haciendo temblar las ventanas. Harry y Hermione regresaron al castillo con la sensación de que el sábado no llegaría lo bastante rápido.
- Quisiera volver a esos tiempos donde mi mayor preocupación era un dragón bebé - dijo Harry con pesar y sin pensar.
- Eso se te hace poco - le preguntaba su padre casi sin voz, Lily se puso pálida y Dorea abrazo más a bebé Harry deseando que este nunca creciera,
Tendrían que haber sentido pena por Hagrid, cuando llegó el momento de la despedida, si no hubieran estado tan preocupados por lo que tenían que hacer. Era una noche oscura y llena de nubes, al llegar a la cabaña Hagrid tenía a Norberto listo y encerrado en una gran jaula.
Algunos suspiraron, hasta que por fin se iban a librar de ese dragón, Hagrid se deprimió.
—Tiene muchas ratas y algo de brandy para el viaje —dijo Hagrid con voz amable—. Y le puse su osito de peluche por si se siente solo.
Varios miraron a Hagrid como si este ya pudiera empezar a mostrar signos de locura.
Del interior de la jaula les llegaron unos sonidos, que hicieron pensar a Harry que Norberto le estaba arrancando la cabeza al osito.
- NOOOOOOO - grito alguien asustando a la mayoria en la sala que estaban super metidos en la lectura.
- ¡¿POR QUÉ GRITAS ANIMAL?! - le gritaba preguntaba Marlenne a Canuto.
- Es que no tienes sentimientos McKinnon, piensa en ese pobre osito - decía MiniSirius con falso pesar. Posteriormente recibió un golpe con un objeto no identificado de parte de Dorea a la cual, le faltaba un zapato. James se reía de su amigo que estaba en los brazos de su versión mayor siendo consolado y llorando como un niño por el golpe de su Mamá Dorea y por el grito del amor de su vida, *aunque ella no lo sepa* le susurraba a Sirius. Pobre Canutito, le hacen bullying. Mini Harry estaba muy contento por lo que había hecho su abuela, el pensaba que su padrino estaba jugando,
—¡Adiós, Norberto! —sollozó Hagrid, mientras Harry y Hermione cubrían la jaula con la capa invisible y se metían dentro ellos también—. ¡Mamá nunca te olvidará!
Cómo se las arreglaron para llevar la jaula hasta la torre del castillo fue algo que nunca supieron.  Era casi medianoche cuando trasladaron la jaula de Norberto por las escaleras de mármol del castillo y siguieron por pasillos oscuros. Subieron una escalera, luego otra... Ni siquiera uno de los atajos de Harry hizo el trabajo más fácil.
*El mapa* les gesticulaba James a sus amigos. Remus y Sirius le hicieron una seña indicándole que tuviera paciencia.
- ¿Como lo hicieron? - les pregunto Flitwick con su voz chillona
- Usamos un hechizo levitatorio los dos, supongo que por eso nos cansamos rápido - explico Hermione. Flitwick sonrió con orgullo.
—¡Ya casi llegamos! —resopló Harry, mientras alcanzaban el pasillo que había bajo la torre más alta.
Entonces, un súbito movimiento por encima de ellos casi les hizo soltar la jaula.
- Es un encantamiento sencillo, pero para su edad y el peso del objeto en cuestión requería de mucha concentración - explicaba Lily
- Exactamente señora Potter - le dijo el profesor haciendo sonrojar a la pelirroja, no se acostumbraba que la llamaran así.
Olvidando que eran invisibles, se encogieron en las sombras, contemplando las siluetas oscuras de dos personas que discutían a unos tres metros de ellos. Una lámpara brilló. La profesora McGonagall, con una bata de tejido escocés y una redecilla en el pelo, tenía sujeto a Malfoy por la oreja.
- ¿Intentaste acusarlos? -  le pregunto su mamá
- Quería que los expulsaran - dijo con total sinceridad el hurón. Astoria y Narcissa negaban resignadas.
—¡Castigo! —gritaba—. ¡Y veinte puntos menos para Slytherin! Vagando en medio de la noche... ¿Cómo te atreves...?
—Usted no lo entiende, profesora, Harry Potter vendrá. ¡Y con un dragón!
- Eso es muy poco creíble Señor Malfoy, si hubiera mencionado a Hagrid es probable que le hubiera creído - le dijo McGonagall mirando medio mal al guardabosques.
—¡Qué absurda tontería! ¿Cómo te atreves a decir esas mentiras? Vamos, hablaré de ti con el profesor Snape... ¡Vamos, Malfoy!
- Uy si, con el profesor Snape, no es como si el fuera a hacer mucho - bufaba Ron, los de su época estaban de acuerdo con él.
Después de aquello, la escalera de caracol hacia la torre más alta les pareció lo más fácil del mundo. Cuando salieron al frío aire de la noche, donde se quitaron la capa, felices de poder respirar bien, Hermione dio una especie de salto.
—¡Malfoy está castigado! ¡Podría ponerme a cantar!
—No lo hagas —la previno Harry.
- Casi se pone a bailar - reía Harry
- Estaba contenta, Malfoy nos tuvo muy nerviosos toda esa semana, se lo merecía - dijo la chica, casi todos estuvieron de acuerdo con ella
- Pues siento que algo les va a salir mal - dijo Sirius
Riéndose de Malfoy, esperaron, con Norberto moviéndose en su jaula. Diez minutos más tarde, cuatro escobas aterrizaron en la oscuridad.
- Me pregunto como es que entraron tan fácilmente al castillo - decía Ted mirando al profesor Dumbledore el cual tenía una sonrisa traviesa
- Puede ser que alguien les haya ayudado un poco - dijo como quien no quiere la cosa evitando mirar a la jefa de los leones.
Para todos era lógico que Dumbledore les había ayudado.
Los amigos de Charlie eran muy simpáticos. Enseñaron a Harry y Hermione los arneses que habían preparado para poder suspender a Norberto entre ellos. Todos ayudaron a colocar a Norberto para que estuviera muy seguro, y luego Harry y Hermione estrecharon las manos de los amigos y les dieron las gracias.
Por fin. Norberto se iba... se iba... se había ido.
- No te ofendas Hagrid, pero era lo mejor, ese dragón te iba a traer muchos problemas - dijo Remus
- Y ahora va a estar en un lugar mejor - le termino de decir Lunático.
Bajaron rápidamente por la escalera de caracol, con los corazones tan libres como sus manos, que ya no llevaban la jaula con Norberto. Sin el dragón, y con Malfoy castigado, ¿qué podía estropear su felicidad?
- Es enserio Harry - casi gritaba James con expresión de funeral.
- Lo siento papá - dijo este con una sonrisa nerviosa.
La respuesta los esperaba al pie de la escalera. Cuando llegaron al pasillo, el rostro de Filch apareció súbitamente en la oscuridad.
—Bien, bien, bien —susurró Harry—. Tenemos problemas.
- Y vaya problemas - dijo Neville recordando esa noche.
Habían dejado la capa invisible en la torre.
- ¡¿QUÉ HICISTE QUE?! - grito para sorpresa de todos, Lily - Hijo, tienes un artefacto infalible y lo olvidas como si fuera cualquier cosa, se más cuidadoso si - le reprendía.
- Pido leer el que sigue…

Medio capitulo se borró de Word… lo bueno fue que lo guardo aca en Blogger y en Wattpad


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