sábado, 10 de enero de 2015

El guardián de las llaves

Disclairmer. La historia de Harry Potter así como sus personajes no me pertenecen. (Ya quisiera) le pertenecen a la gran JK Rowling



***-Bien, ahora, antes de leer el capitulo siguiente, ¿nos responderían unas preguntas?- les preguntó Dumbledore a los que venían del futuro.
Todos se miraron un momento y después Hermione habló:
-Sabemos que están confundidos, así que les responderemos las preguntas, dependiendo que cual sea -.
-Lo justo es que sea una por persona- intentó negociar Lunático mirando a Hermione.
Ella miro a los demás que se encogieron de hombro *que mas da*
-¿Y quién será el primero? - pregunto Canuto con ojitos brillosos.
- Mejor que lo hagamos en el orden en el que vienen escritos en la carta - aconsejo McGonagall.
-Sí, nos parece bien. - asintieron los gemelos Prewett
-Bien, Lily has tu pregunta - Dijo el profesor Dumbledore que tomo el puesto de moderador...***

Haber, ¿eres feliz, a pesar de todo?, ¿fuiste feliz mientras estabas con mi hermana? -Pregunto a nade en especifico pero todos sabían que se refería a Harry.
A partir de que me llego esa carta, créeme mamá, fui feliz, a pesar de todo soy muy feliz, y cuando estaba con Tía Petunia, no, no lo fui - le respondió Harry, a Lily se le escaparon varias lagrimas pero no dijo nada, sólo le mando una sonrisa maternal a su hijo pensando que haría lo que fuera para que el no sufriera.
¿Juegas quidditch? - Le cuestionó James
- ¡James pregunta algo que valga la pena! - le regañó su esposa
- Esta bien ¿Cuántas veces te enfrentaste a Voldemort? - pregunto poniéndose serio de repente, solo unos pocos se estremecieron con el nombre, pero todos voltearon a ver a el niño que vivió  a la espera de su respuesta.
- Seis veces - le dijo como toda respuesta Harry, unos cuantos jadearon *¡seis veces!* pensaba la mayoría, * y él lo dice como sin nada* era lo que pasaba por la cabeza de la mayoría. James solo asintió y fue a abrazar Lily.
- ¿Donde estamos nosotros? - cuestiono Lunático ya que era el que seguía en la lista.
-Lo siento, no podemos responder eso ya que sale en los libros - le respondió Hermione
- ¿O sea que estamos vivos?-.
- ¿Si, estamos vivos? - le respondió Remus.
¿Cómo lo soportaste Harry, vivir con esa gente? - preguntaba Canuto a su ahijado.
- Bueno, yo creía que no tenia familia, así que viva pensando que en cuanto cumplirá 18 me podría ir de esa casa, trabajar y hacer mi vida lejos de ellos, y tal  vez buscar información de mis padres…- Harry levantó la cabeza y se dio cuenta que la mayoría los miraba así que continuo hablando -… pero, cuando iba a Hogwarts, bueno, mientras pasaba el verano con ellos mi único consuelo es que solo eran dos meses - terminó con una sonrisa. Canuto solo hizo un gesto con la cabeza.
- ¿Alice? ¿Frank? - les pregunto Dumbledore.
- Nos reservamos el derecho de pregunta para después - contestó Frank, Neville esperaba que no le preguntaran que había pasado con ellos una vez que se leyera que vivía con su abuela.
- Está bien, alguien más desea preguntar - dijo observando a todos en la sala.
- Si - dijo Andrómeda- ¿vendrá alguien más del futuro? - preguntó.
- Sí, una tal vez llegue al final de este capítulo o del otro. - Le respondió Remus a sabiendas que Dora vendría, esperaba que no se tomara a mal el hecho de que su hija se había casado con un hombre lobo.
Ante el asombro de varios Regulus preguntó: - ¿Y nosotros, que hacemos acá? - dijo señalando a los Malfoy, a Snape y a el mismo.
- Veras Regulus, nosotros sabemos lo que estabas a punto de hacer antes de que llegaras acá. - Regulus se sorprendió pero no dijo nada - Lo único que queríamos era evitarte un destino fatal - le respondió Harry, ante lo último Sirius se asustó.
- ¿Que ibas a hacer Regulus? - se atrevió a preguntar Sirius a su hermano menor, pero este no respondió.
Ahora, ustedes - dijo Draco hablándoles a sus padres -están acá para que se den cuenta de todos los errores que cometieron y para que sepan que camino es el mejor, si quieres proteger a tu familia - concluyó.
- Y usted, sabe porque esta acá - le dijo Harry a Snape, este solo asintió.
- Bien, ahora que hemos terminado, hay que seguir con la lectura - dijo Dumbledore - ¿algún voluntario? - preguntó.
- Yo leeré profesor, si no le importa -  le dijo Hagrid, Dumbledore le tendio el libro, Hagrid lo abrió y con una sonrisa leyó el título del capítulo: - “El guardián de las llaves”, así se llama el capitulo les dijo a todos en la sala Hagrid.

¡BUM!
Llamaron otra vez. Dudley se despertó bruscamente.
—¿Dónde está el cañón? —preguntó estúpidamente.
- ¿Que es un cañon? - preguntó Arthur.
- Es un arma de artillería que ocupa el fuego para disparar un proyectil, tiene el efecto de un Bombarda - dijo mostrandoles una imagen en el pizarroncito mágico.
Se oyó un crujido detrás de ellos y tío Vernon apareció en la habitación. Llevaba un rifle en las manos: ya sabían lo que contenía el paquete alargado que había llevado.
- ¡Es idiota o que! ¡como se le ocurre tener eso donde hay niños! - grito Dorcas.
- ¿Que es un rifle? - preguntaron varios de los presentes.
- Es un arma que dispara un objeto pequeño que perfora el cuerpo, puede ser tan letal como un Avada - explicó Dorcas.
—¿Quién está ahí? —gritó—. ¡Le advierto... estoy armado!
Hubo una pausa. Luego...
¡UN GOLPE VIOLENTO!
- Hagrid, no es necesario que grites - le dijo Sprout
La puerta fue empujada con tal fuerza que se salió de los goznes y, con un golpe sordo, cayó al suelo.
Un hombre gigantesco apareció en el umbral. Su rostro estaba prácticamente oculto por una larga maraña de pelo y una barba desaliñada, pero podían verse sus ojos, que brillaban como escarabajos negros bajo aquella pelambrera.
Hagrid se ruborizo. Mientras en la sala reían por la descripción "perfecta" según algunos del semigigante.
El gigante se abrió paso doblando la cabeza, que rozaba el techo. Se agachó, cogió la puerta y, sin esfuerzo, la volvió a poner en su lugar. El ruido de la tormenta se apagó un poco. Se volvió para mirarlos.
—Podríamos preparar té. No ha sido un viaje fácil...
-Oh claro, soy un gigante... - dijo Gideon.
-...muy desaliñado... - continuo Fabian.
-... acabo de derribar la puerta... - siguió el juego Fred.
-... pero lo discutiremos mientras preparamos té - terminó George.
- ¡Perfecto! - aplaudieron los cuatro.
Se desparramó en el sofá donde Dudley estaba petrificado de miedo.
- Cobarde - murmuraban los Gryffindors
—Levántate, bola de grasa —dijo el desconocido.
Dudley se escapó de allí y corrió a esconderse junto a su madre, que estaba agazapada detrás de tío Vernon.
- Lógico que tenga miedo - Hagrid se sorprendió ante lo dicho por Lily - Oh, no me malinterpretes Hagrid, lo que pasa es que el peor temor de Petunia se cumplirá, que un familiar suyo vuelva a Hogwarts - le dijo Lily a Hagrid con una sonrisa.
—¡Ah! ¡Aquí está Harry! —dijo el gigante.
Harry levantó la vista ante el rostro feroz y peludo, y vio que los ojos negros le sonreían.
—La última vez que te vi eras sólo una criatura —dijo el gigante—. Te pareces mucho a tu padre, pero tienes los ojos de tu madre.
- Estoy seguro que esa fue la primera de muchas veces que escuchaste esto - le dijo Remus a Harry.
- Si, me lo han dicho infinidad de veces - dijo con una sonrisa Harry
Tío Vernon dejó escapar un curioso sonido.
—¡Le exijo que se vaya enseguida, señor! —dijo—. ¡Esto es allanamiento de morada!
—Bah, cierra la boca, Dursley, grandísimo majadero —dijo el gigante. Se estiró, arrebató el rifle a tío Vernon, lo retorció como si fuera de goma y lo arrojó a un rincón de la habitación.
- Esto es divertido - dijo Canuto.
- Estoy de acuerdo con MiniMÍ - dijo Sirius, parecía muy contento ante los ojos del trio, debía ser por el hecho de estar con sus amigos de la infancia.
Tío Vernon hizo otro ruido extraño, como si hubieran aplastado a un ratón.
- Esa es buena idea, hay que transformarlos en ratones - dijo Canuto.
- Joven Black no puede transforma a nadie en ratones - LE REPRENDIÓ
—De todos modos, Harry —dijo el gigante, dando la espalda a los Dursley—, te deseo un muy feliz cumpleaños. Tengo algo aquí. Tal vez lo he aplastado un poco, pero tiene buen sabor.
Del bolsillo interior de su abrigo negro sacó una caja algo aplastada. Harry la abrió con dedos temblorosos. En el interior había un gran pastel de chocolate pegajoso, con «Feliz Cumpleaños, Harry» escrito en verde.
- Oh Hagrid, muchas gracias - le dijo Lily al semigigante.
- Estoy seguro que mi yo del futuro estará encantado Lily, no tienes que agradecer - le respondió con una sonrisa.
James solo pensaba en cómo había sido tan tonto como para no poder proteger a su familia.
Harry miró al gigante. Iba a darle las gracias, pero las palabras se perdieron en su garganta y, en lugar de eso, dijo:
—¿Quién es usted?
- Eso fue descortés - medio regaño Molly
- Si lo sé, pero al menos lo pensé - dijo con una sonrisa Harry
- Hubiera sido mejor que lo dijeras a que lo pensaras, pero estabas sorprendido así que es lógico - le reprendió Lily
El gigante rió entre dientes.
—Es cierto, no me he presentado. Rubeus Hagrid, Guardián de las Llaves y Terrenos de Hogwarts.
Extendió una mano gigantesca y sacudió todo el brazo de Harry.
Hagrid pensó que tenía que aprender a controlar su fuerza.
— ¿Qué tal ese té, entonces? — dijo, frotándose las manos
- ¿Cuánto a que pide algo mas fuerte? - le dijo Gideon a Fabian.
- 5 galeones - le respondió este.
- ¡No es momento para que estén apostando! - les gritó Molly a sus hermanos.   
—. Pero no diría que no si tienen algo más fuerte.
- ¡JA! Págame - le exigió Gideon a Fabian extendiéndole la mano, pero la retiro rápidamente al ver la mirada fulminante de Molly. Los hermanos Weasley solo sonreían.
- ¿Por qué sonríes Ron? ¿Sabes que tanto Lily como Molly se la pasaran la mitad de los libros regañándolos? - le pregunto Hermione a su novio.
- Pero es que es genial verla reprender a alguien que no soy yo, déjame disfrutarlo, además, tú no eres ninguna santa Hermione - le contesto Ron.
No, es una caradura - les dijo Harry que había estado escuchando.
- Oh cállate Harry, ya veremos que dice tu madre cuando lea todo lo que has hecho -
- ¿Te recuerdo la poción que hiciste en segundo? ¿O que fue tu idea lo del Ejercito de Dumbledore? - le recalco Harry a su amiga. Hermione solo desvió la mirada.
- ¿De qué tanto hablan ustedes tres? - les pregunto James.
- Con ellos nunca se sabe Sr. Potter, siempre hablan entre ellos - le respondió Neville a Cornamenta - aunque ahora sabremos todo lo que han hecho - término con una sonrisa.
El trio dorado solo hizo muecas que nadie comprendió y Hagrid siguió leyendo.
Sus ojos se clavaron en el hogar apagado, con las bolsas de patatas fritas arrugadas, y dejó escapar una risa despectiva. Se inclinó ante la chimenea. Los demás no podían ver qué estaba haciendo, pero cuando un momento después se dio la vuelta, había un fuego encendido, que inundó de luz toda la húmeda cabaña. Harry sintió que el calor lo cubría como si estuviera metido en un baño caliente.
Lily le dirigió una mirada agradecida contenta de que su bebé ya no pasara frio
El gigante volvió a sentarse en el sofá, que se hundió bajo su peso, y comenzó a sacar toda clase de cosas de los bolsillos de su abrigo: una cazuela de cobre, un paquete de salchichas, un atizador, una tetera, varias tazas agrietadas y una botella de un liquido color ámbar, de la que tomó un trago antes de empezar a preparar el té. Muy pronto, la cabaña estaba llena del aroma de las salchichas calientes. Nadie dijo una palabra mientras el gigante trabajaba, pero cuando sacó las primeras seis salchichas jugosas y calientes, Dudley comenzó a impacientarse.
- Tragón - dijeron varios en la sala.
- Ese niño de verdad debería ponerse a dieta - mencionó Hannah
Tío Vernon dijo en tono cortante:
—No toques nada que él te dé, Dudley.
El gigante lanzó una risa sombría.
—Ese gordo pastel que es su hijo no necesita engordar más, Dursley, no se preocupe.
- ¡Buena esa Hagrid! - le festejaron los bromistas al semigigante.
Le sirvió las salchichas a Harry, el cual estaba tan hambriento que pensó que nunca había probado algo tan maravilloso, pero todavía no podía quitarle los ojos de encima al gigante.
- Lógicamente, la primera vez que ves a Hagrid quedas impresionado - mencionó Bill
- Hagrid es genial - comentó Charlie.
Por último, como nadie parecía dispuesto a explicar nada, dijo:
—Lo siento, pero todavía sigo sin saber quién es usted.
El gigante tomó un sorbo de té y se secó la boca con el dorso de la mano.
—Llámame Hagrid —contesto—. Todos lo hacen. Y como te dije, soy el guardián de las llaves de Hogwarts. Ya lo sabrás todo sobre Hogwarts, por supuesto.
- Hagrid se va a llevar una gran sorpresa - decían los Gemelos P.
- Se va a poner interesante - los Gemelos W. parecían encantados con la posible furia de Hagrid para con los Dursley.
—Pues... yo no... —dijo Harry
Hagrid parecía impresionado.
—Lo lamento —dijo rápidamente Harry
Ron le dio un golpe en el brazo a su amigo.
- Haber si agolpes se te quita la manía de pedir perdón por todo - le dijo Hermione tomándole la palabra Ron.
- Harry tienes que entender que tú no eres el culpable de todo - le aconsejo Ginny
— ¿Lo lamento? —preguntó Hagrid, volviéndose a mirar a los Dursley, que retrocedieron hasta quedar ocultos por las sombras—. 
- ¡Dales con todo Hagrid! - gritaban los Merodeadores
¡Ellos son los que tienen que disculparse! Sabía que no estabas recibiendo las cartas, pero nunca pensé que no supieras nada de Hogwarts. ¿Nunca te preguntaste dónde lo habían aprendido todo tus padres?
—¿El qué? —preguntó Harry
—¿EL QUÉ? —bramó Hagrid—. ¡Espera un segundo!
Se puso de pie de un salto. En su furia parecía llenar toda la habitación. Los Dursley estaban agazapados contra la pared.
- Malditos cobardes -  gruñían Bill y Charlie.
— ¿Me van a decir —rugió a los Dursley— que este muchacho, ¡este muchacho!, no sabe nada... sobre NADA?
Harry pensó que aquello iba demasiado lejos. Después de todo, había ido al colegio y sus notas no eran tan malas.
- ¿Cómo eran tus notas hijo? -  le preguntó su mamá.
- La mayoría eran buenas, no quería tener problemas para que no mandaran traer a mis tíos -le contesto Harry, ante eso Lily entristeció, le hubiera gustado que la mandar a Harry a una escuela muggle ella le ayudara en los deberes, y se prometió que haría hasta lo imposible para ver crecer a su bebé que en ese momento seguía durmiendo.
—Yo sé algunas cosas —dijo—. Puedo hacer cuentas y todo eso.
Pero Hagrid simplemente agito la mano.
—Me refiero a nuestro mundo Tu mundo. Mi mundo. El mundo de tus padres.
—¿Qué mundo?
Hagrid lo miró como si fuera a estallar.
—¡DURSLEY! —bramó.
Tío Vernon, que estaba muy pálido, susurró algo que sonaba como mimblewimble. Hagrid, enfurecido, contempló a Harry.
—Pero tú tienes que saber algo sobre tu madre y tu padre —dijo—. Quiero decir, ellos son famosos. Tú eres famoso.
- Va a sacar la arrogancia de James de seguro - dijeron los Gemelos P.
- En realidad Harry detesta su fama - dijeron los que venían del futuro
- ¿Enserio? - preguntaron los merodeadores y los gemelos P.
- Vaya Cornamenta, deberías aprender de tu hijo - le dijo con mofa Canuto.
- Lily, Canuto me está molestando - acuso James a Canuto con su esposa.
- Es que tiene razón cariño - se burló esta de su esposo.
La mayoría se reían de la cara indignada de James
—¿Cómo? ¿Mi madre y mi padre... eran famosos? ¿En serio?
—No sabías... no sabías... —Hagrid se pasó los dedos por el pelo, clavándole una mirada de asombro—. ¿De verdad no sabes lo que ellos eran? —dijo por último.
- ¡Que le diga! ¡Que le diga! - cantaban los merodeadores.
De pronto, tío Vernon recuperó la voz
—¡Deténgase! —ordenó—. ¡Deténgase ahora mismo, señor! ¡Le prohíbo que le diga nada al muchacho!
Un hombre más valiente que Vernon Dursley se habría acobardado ante la mirada furiosa que le dirigió Hagrid. Cuando éste habló, temblaba de rabia. —¿No se lo ha dicho? ¿No le ha hablado sobre el contenido de la carta que Dumbledore le dejó? ¡Yo estaba allí! ¡Vi que Dumbledore la dejaba, Dursley! ¿Y se la ha ocultado durante todos estos años?
- Y ahora Harry sabe que le han ocultado algo - dijo Luna
No cgeo gue egso le gugste - habló Fleur.
— ¿Qué es lo que me han ocultado? —dijo Harry en tono anhelante.
— ¡DETÉNGASE! ¡SE LO PROHÍBO! —rugió tío Vernon aterrado.
Tía Petunia dejó escapar un gemido de horror.
—Voy a romperles la cabeza —
- ¡Hazlo! ¡Hazlo! ¡Hazlo! - le aplaudían Ron, Neville, los merodeadores y los gemelos.  
dijo Hagrid—. Harry debes saber que eres un mago.
- No te va a creer - le dijo Hermione
Se produjo un silencio en la cabaña. Sólo podía oírse el mar y el silbido del viento.
—¿Que soy qué? —dijo Harry con voz entrecortada.
—Un mago —respondió Hagrid, sentándose otra vez en el sofá, que crujió y se hundió—. Y muy bueno, debo añadir, en cuanto te hayas entrenado un poco. Con unos padres como los tuyos ¿qué otra cosa podías ser?
- Hay que admitir que eso es cierto - dijo con arrogancia James.
- Si, eso es cierto… - James se sorprendió de que no le dijera nada por hacer un comentario tan arrogante -… a pasar de ser hijo de James, también es hijo de Lily Evans - terminó de decir Lily. Canuto se burlaba de James.
Y creo que ya es hora de que leas la carta.
- ¡POR FIN! - exclamaron la mayoría.
Harry extendió la mano para coger, finalmente, el sobre amarillento, dirigido, con tinta verde esmeralda al «Señor H. Potter, El Suelo de la Cabaña en la Roca, El Mar».
Sacó la carta y leyó:
COLEGIO HOGWARTS DE MAGIA
Director: Albus Dumbledore
(Orden de Merlín, Primera Clase,
Gran Hechicero, Jefe de Magos,
Jefe Supremo, Confederación
Internacional de Magos).
Querido señor Potter:
Tenemos el placer de informarle de que dispone de una plaza en el
Colegio Hogwarts de Magia. Por favor, observe la lista del equipo y los libros necesarios.
Las clases comienzan el 1 de septiembre. Esperamos su lechuza antes del
31 de julio.
Muy cordialmente, Minerva McGonagall
Directora adjunta
Las preguntas estallaban en la cabeza de Harry como fuegos artificiales, y no sabía cuál era la primera. Después de unos minutos, tartamudeó:
— ¿Qué quiere decir eso de que esperan mi lechuza?
- De todo lo que podías preguntar vas a preguntar eso - le dijo uno de los gemelos Prewett a Harry. Este le iba a responder pero Lily lo interrumpió - no te metas con mi hijo Prewett - le dijo severamente al gemelo - Gideon deja en paz a Harry - le reprendió su hermana Molly.
— Gorgonas galopantes, ahora me acuerdo —dijo Hagrid, golpeándose la frente con tanta fuerza como para derribar un caballo. De otro bolsillo sacó una lechuza (una lechuza de verdad, viva y con las plumas algo erizadas), una gran pluma y un rollo de pergamino. Con la lengua entre los dientes, escribió una nota que Harry pudo leer al revés.
Querido señor Dumbledore:
Entregué a Harry su carta. Lo llevo mañana a comprar sus cosas.
El tiempo es horrible. Espero que usted esté bien.
Hagrid
 - Harry, eres muy entrometido - le dijo Charlie
- Tú no sabes cuánto hermano - le respondió Ron
- No hay secreto que Harry no quiera develar - continuo Hermione
- Con estos amigos para que quiero enemigos - susurraba Harry
Hagrid pensaba que se la pasaría muy bien con esos tres, con ese pensamiento siguió leyendo.
Hagrid enrolló la nota y se la dio a la lechuza, que la cogió con el pico. Después fue hasta la puerta y lanzó a la lechuza en la tormenta. Entonces volvió y se sentó, como si aquello fuera tan normal como hablar por teléfono.
Harry se dio cuenta de que tenía la boca abierta y la cerró rápidamente.
— ¿Por dónde iba? —dijo Hagrid. Pero en aquel momento tío Vernon, todavía con el rostro color ceniza, pero muy enfadado, se acercó a la chimenea.
—Él no irá —dijo.
Hagrid gruñó.
— Me gustaría ver a un gran muggle como usted deteniéndolo a él —dijo.
— ¿Un qué? —preguntó interesado Harry
- Un muggle es una persona con magia cariño - Le respondió Lily a la pregunta hecha por Harry en el libro.
- Esto mamá, ya lo sé - le contestó su hijo. Lily se ruborizó mientras los merodeadores reían pero ante una mirada de ella se callaron.
—Un muggle —respondió Hagrid—. Es como llamamos a la gente «no-mágica» como ellos. Y tuviste la mala suerte de crecer en una familia de los más grandes muggles que haya visto.
-Su aberración por la magia es peor que en la Edad Media - decía Hestia
—Cuando lo adoptamos, juramos que íbamos a detener toda esa porquería —dijo tío Vernon—. ¡Juramos que la íbamos a sacar de él! ¡Un mago, ni más ni menos!
- ¡Como si pudieran extirpar la magia de un niño! Que muggles tan ignorantes - decía furiosa la profesora McGonagall
— ¿Vosotros lo sabíais? —Preguntó Harry—. ¿Vosotros sabíais que yo era... un mago?
- ¡Si Harry! Conviértelos en sapos- decía Sirius. Los que lo conocían bien del futuro se sorprendían de verlo tan animado. Remus pensaba que era porque estaba conviviendo de nuevo con Lily y James.
— ¡Saber! — Chilló de pronto tía Petuia—. ¡Saber! ¡Por supuesto que lo sabíamos!¿Cómo no ibas a serlo, siendo lo que era mi condenada hermana? Oh, ella recibió una carta como ésta de ese... ese colegio, y desapareció, y volvía a casa para las vacaciones con los bolsillos llenos de ranas, y convertía las tazas de té en ratas. Yo era la única quela veía tal como era: ¡una monstruosidad! Pero para mi madre y mi padre, oh no, para ellos era «Lily hizo esto» y «Lily hizo esto otro». ¡Estaban orgullosos de tener una bruja en la familia!
- Si Lily fuera mi hija por supuesto que estaría orgullosa de ella, es una gran bruja - decia McGonagall, ella estimaba mucho a Lily
Se detuvo para respirar profundamente y luego continuó. Parecía que hacía años que deseaba decir todo aquello.
-A donde te ha llevado tu rencor Petunia, ¡a maltratar a mi propio hijo! - Lily estaba furiosa - Es increíble que lo primero que escuches de mi sea de esa manera -.
— Luego conoció a ese Potter en el colegio y se fueron y se casaron y te tuvieron a ti…
- ¿Cómo si hubiera sido tan fácil? Genial hubiera sido si justo después de conocernos Lily me aceptara, no, se hizo del rogar - dijo James pera aliviar el enojo que se instalaba en los demás.
…y por supuesto que yo sabía que ibas a ser igual, igual de raro, un... un anormal. ¡Y luego, como si no fuera poco, hubo esa explosión y nosotros tuvimos que quedarnos contigo!
- ¡Es cruel que te enteres de la muerte de tus padres de esa manera! - decía Molly
Harry se había puesto muy pálido. Tan pronto como recuperó la voz, preguntó:
— ¿Explosión? ¡Me dijisteis que habían muerto en un accidente de coche! -
- No creo que eso le guste a Hagrid - decía con una sonrisa Bill
— ¿ACCIDENTE DE COCHE? — Rugió Hagrid dando un salto, tan enfadado que los Dursley volvieron al rincón — ¿Cómo iban a poder morir Lily y James Potter en un accidente de coche? ¡Eso es un ultraje! ¡Un escándalo! ¡Qué Harry Potter no conozca su propia historia, cuando cada niño de nuestro mundo conoce su nombre! —
- Pobre de ti Hagrid, Harry te preguntara a ti que es lo que paso - Hagrid se puso triste, no quería ser él el que le contara a Harry como habían muerto sus padres
—Pero ¿por qué? ¿Qué sucedió? —preguntó Harry con tono de apremio.
La furia se desvaneció del rostro de Hagrid. De pronto parecía nervioso.
—Nunca habría esperado algo así —dijo en voz baja y con aire preocupado—. No tenía ni idea. Cuando Dumbledore me dijo que podía tener problemas para llegar a ti, no sabía que sería hasta este punto. Ah, Harry, no sé si soy la persona apropiada para decírtelo, pero alguien debe hacerlo. No puedes ir a Hogwarts sin saberlo.
Lanzó una mirada despectiva a los Dursley.
—Bueno, es mejor que sepas todo lo que yo puedo decirte... porque no puedo decírtelo todo. Es un gran misterio, al menos una parte...
Los del pasado pusieron mucha atención deseosos de saber más sobre esa fatídica noche.
Se sentó, miró fijamente al fuego durante unos instantes, y luego continuó.
—Comienza, supongo, con... con una persona llamada... pero es increíble que no sepas su nombre, todos en nuestro mundo lo saben...
—¿Quién?
—Bueno... no me gusta decir el nombre si puedo evitarlo. Nadie lo dice.
—¿Por qué no?
—Gárgolas galopantes, Harry, la gente todavía tiene miedo. Vaya, esto es difícil.
Mira, estaba ese mago que se volvió... malo. Tan malo como te puedas imaginar. Peor. Peor que peor. Su nombre era...
Hagrid tragó, pero no le salía la voz.
- Vamos Hagrid solo es un nombre, no es como si Voldemort fuera a aparecerse solo si pronuncias su nombre - dijo Lunático
—¿Quiere escribirlo? —sugirió Harry.
—No... no sé cómo se escribe. Está bien... Voldemort. —
- ¡Eso Hagrid! - le aplaudían los merodeadores al semigigante
Hagrid se estremeció
Al igual que el Hagrid que leía.
— No me lo hagas repetir. De todos modos, este... este mago, hace unos veinte años, comenzó a buscar seguidores. Y los consiguió. Algunos porque le tenían miedo, otros sólo querían un poco de su poder, porque él iba consiguiendo poder. Eran días negros, Harry. No se sabía en quién confiar, uno no se animaba a hacerse amigo de magos o brujas desconocidos... Sucedían cosas terribles. Él se estaba apoderando de todo. Por supuesto, algunos se le opusieron y él los mató. Horrible.
Varios se estremecieron, al recordar cuantas personas habían muerto a manos de los mortífagos o del mismo Voldemort.
Uno de los pocos lugares seguros era Hogwarts. Hay que considerar que Dumbledore era el único al que Quientúsabes temía. No se atrevía a apoderarse del colegio, no entonces, al menos.
- Y espero que nunca lo haga, no mientras yo siga con vida - dijo seriamente el profesor Dumbledore.
- Albus, no digas eso - le contesto una asustada McGonagall, ella esperaba que sus alumnos nunca estuvieran en semejante peligro.
»Ahora bien, tu madre y tú padre eran la mejor bruja y el mejor mago que yo he conocido nunca. ¡En su época de Hogwarts eran los primeros! Supongo que el misterio es por qué Quien-tú-sabes nunca había tratado de ponerlos de su parte...
- Solo hubiera gastado su tiempo, nunca nos uniríamos a sus filas - dijo seriamente James.
Probablemente sabía que estaban demasiado cerca de Dumbledore para querer tener algo que ver con el Lado Oscuro.
»Tal vez pensó que podía persuadirlos... O quizá simplemente quería quitarlos de en medio. Lo que todos saben es que él apareció en el pueblo donde vosotros vivíais, el día de Halloween, hace diez años. Tú tenías un año. Él fue a vuestra casa y... y...
De pronto, Hagrid sacó un pañuelo muy sucio y se sonó la nariz con un sonido como el de una corneta.
— Lo siento — dijo —. Pero es tan triste... pensar que tu madre y tu padre, la mejor gente del mundo que podrías encontrar...
A este punto varias personas lloraban o mostraban una expresión triste. Lily lloraba en los brazos de James, triste de que su hijo no pudiera conocerlos.
»Quien-tú-sabes los mató. Y entonces... y ése es el verdadero misterio del asunto... también trató de matarte a ti. Supongo que quería hacer un trabajo limpio, o tal vez, para entonces, disfrutaba matando. Pero no pudo hacerlo. ¿Nunca te preguntaste cómo te hiciste esa marca en la frente? No es un corte común. Sucedió cuando una poderosa maldición diabólica te tocó. Fue la que terminó con tu madre, tu padre y la casa, pero no funcionó contigo, y por eso eres famoso, Harry.
- La asesina, sobreviviste a la maldición imperdonable - decía James con asombro
Nadie a quien él hubiera decidido matar sobrevivió, nadie excepto tú, y eso que acabó con algunas de las mejores brujas y de los mejores magos de la época
Todos abrieron los ojos y se asustaron, *¿a quiénes? ¿Quiénes mas habían muerta a causa de la guerra?* pensaba la mayoría.
- ¡OH NO! - grito Hagrid, que al tener el libro en las manos había leído la línea que seguía.
¿Que pasa Hagrid? - le cuestiono Dumbledore.
- Lo lamento profesor, es que, es tan injusto decía entre lagrimas, tomo el libro y siguió leyendo.
Nadie a quien él hubiera decidido matar sobrevivió, nadie excepto tú, y eso que acabó con algunas de las mejores brujas y de los mejores magos de la época  (los McKinnons, los Bones, los Prewetts) …
- ¡NOOOOO! - fue lo que se escucho en toda la sala.
Molly se levanto y fue a abrazar a sus hermanos, Hestia se abrazo a Edgar que se puso pálido al saber que la mayoría de los magos de su familia morirían, Lily junto a Dorcas fueron a abrazar a Marlene, todo eran sollozos y caras tristes con excepción de los Malfoy y Snape
- Se que esto debe ser muy triste para la mayoría de ustedes, mientras tanto, piensen que esto es una de las cosas que podemos cambiar una vez terminemos de leer estos libros - Todos parecieron reflexionar las palabras de Dumbledore y aun tristes se sentaron en sus lugares a seguir con la lectura.
 y tú eras muy pequeño. Pero sobreviviste.
Algo muy doloroso estaba sucediendo en la mente de Harry. Mientras Hagrid iba terminando la historia, vio otra vez la cegadora luz verde con más claridad de lo que la había recordado antes y, por primera vez en su vida, se acordó de algo más, de una risa cruel, aguda y fría.
- Oh, mi niño - decía en medio de sollozos Lily, aun dolida por las muertes que se avecinaban
Hagrid lo miraba con tristeza.
—Yo mismo te saqué de la casa en ruinas, por orden de Dumbledore. Y te llevé con esta gente...
—Tonterías —dijo tío Vernon.
Harry dio un respingo. Casi había olvidado que los Dursley estaban allí. Tío Vernon parecía haber recuperado su valor. Miraba con rabia a Hagrid y tenía los puños cerrados.
—Ahora escucha esto, chico —gruñó—: acepto que haya algo extraño acerca de ti, probablemente nada que unos buenos golpes no curen. Y todo eso sobre tus padres...
Bien, eran raros, no lo niego y, en mi opinión, el mundo está mejor sin ellos...
Recibieron lo que buscaban, al mezclarse con esos brujos... Es lo que yo esperaba: siempre supe que iban a terminar mal...
- ¡PERO COMO SE ATREVE! - gritaba Lunático - decir eso enfrente de Harry - terminó.
- Tranquilo Lunático, no me importa lo que ellos opinen - tranquilizó Harry a su casi tío.
Pero en aquel momento Hagrid se levantó del sofá y sacó de su abrigo un paraguas rosado. Apuntando a tío Vernon, como con una espada, dijo:
—Le prevengo, Dursley, le estoy avisando, una palabra más y...
Ante el peligro de ser alanceado por la punta de un paraguas empuñado por un gigante barbudo, el valor de tío Vernon desapareció otra vez. Se aplastó contra la pared y permaneció en silencio.
—Así está mejor —dijo Hagrid, respirando con dificultad y sentándose otra vez en el sofá, que aquella vez se aplastó hasta el suelo.
Harry, entre tanto, todavía tenía preguntas que hacer, cientos de ellas.
—Pero ¿qué sucedió con Vol... perdón, quiero decir con Quién-usted-sabe?
- Harry, llámalo por su nombre, ese ser no merece el mas mínimo respeto de tu parte - medio reprendió James a Harry.
- Si papá, lo hago - le respondió este con una sonrisa
—Buena pregunta, Harry Desapareció. Se desvaneció. La misma noche que trató de matarte. Eso te hizo aún más famoso. Ése es el mayor misterio, sabes... Se estaba volviendo más y más poderoso... ¿Por qué se fue?
»Algunos dicen que murió.
- ¿Albus, tú crees que haya muerto? -le pregunto Alastor al profesor.
- No, no creo, y el hecho de que haya siete libros en los cuales viene la clave para derrotarlo confirma mi teoría de que, no, Voldemort no murió esa noche - le respondió.
*¿Es que algún día terminara la guerra?* se preguntaba la mayoría.
No creo que le quede lo suficiente de humano para morir. Otros dicen que todavía está por ahí, esperando el momento, pero no lo creo. La gente que estaba de su lado volvió con nosotros. Algunos salieron como de un trance.
La mayoría volteo a ver a Lucius que sonrió con arrogancia, Estaba seguro que si su señor caía sus influencias en el ministerio harían que se librara de Azkaban
No creen que pudieran volver a hacerlo si él regresara.
»La mayor parte de nosotros cree que todavía está en alguna parte, pero que perdió sus poderes. Que está demasiado débil para seguir adelante. Porque algo relacionado contigo, Harry, acabó con él. Algo sucedió aquella noche que él no contaba con que sucedería, no sé qué fue, nadie lo sabe... Pero algo relacionado contigo lo confundió.
Hagrid miró a Harry con afecto y respeto, pero Harry, en lugar de sentirse complacido y orgulloso, estaba casi seguro de que había una terrible equivocación. ¿Un mago? ¿Él? ¿Cómo era posible? Había estado toda la vida bajo los golpes de Dudley y el miedo que le inspiraban tía Petunia y tío Vernon. Si realmente era un mago, ¿por qué no los había convertido en sapos llenos de verrugas cada vez que lo encerraban en la alacena? Si alguna vez derrotó al más grande brujo del mundo, ¿cómo es que Dudley siempre podía pegarle patadas como si fuera una pelota?
Hermione golpeo a Harry en la pierna.
- Hermione no me golpees - le dijo Harry con una mueca.
- ¡Deja de menospreciarte! -  le regaño su amiga, Harry iba a responder pero mejor se quedo callado. Hermione podía llegar a ser muy terca.
Algunos en la sala reían.
—Hagrid —dijo con calma—, creo que está equivocado. No creo que yo pueda ser un mago.
Para su sorpresa, Hagrid se rió entre dientes.
—No eres un mago, ¿eh? ¿Nunca haces que sucedan cosas cuando estás asustado o enfadado?
Harry contempló el fuego. Si pensaba en ello... todas las cosas raras que habían hecho que sus tíos se enfadaran con él, habían sucedido cuando él, Harry, estaba molesto o enfadado: perseguido por la banda de Dudley, de golpe se había encontrado fuera de su alcance; temeroso de ir al colegio con aquel ridículo corte de pelo, éste le había crecido de nuevo y, la última vez que Dudley le pegó, ¿no se vengó de él, aunque sin darse cuenta de que lo estaba haciendo? ¿No le había soltado encima la boa constrictor?
- ¡Vaya Harry! Al fin aceptas que lo hiciste - dijo con burla Ron
- ¡Fue impremeditado! -  se defendió Harry - ¿hoy ustedes dos se levantaron con ganas de molestarme o qué? -  pregunto ofendido a sus dos amigos pero estos solo sonrieron.
Harry miró de nuevo a Hagrid, sonriendo, y vio que el gigante lo miraba radiante.
— ¿Te das cuenta? —Dijo Hagrid—. Conque Harry Potter no es un mago... Ya verás, serás muy famoso en Hogwarts.
Harry bufó y los de su tiempo reían.
Pero tío Vernon no iba a rendirse sin luchar.
- Ash, muggle impertinente - dijo Canuto
- Nunca entendí porque no querían que fuera, era mejor para ellos, se libraban de mí durante diez meses - dijo Harry.
- Ellos no querían que fueras feliz Harry - le dijo Ginny a su novio.
— ¿No le hemos dicho que no irá? — dijo con desagrado—. Irá a la escuela secundaria Stonewall y nos dará las gracias por ello. Ya he leído esas cartas y necesitará toda clase de porquerías: libros de hechizos, varitas y...
—Si él quiere ir, un gran muggle como usted no lo detendrá —gruñó Hagrid—. ¡Detener al hijo de Lily y James Potter para que no vaya a Hogwarts! Está loco. Su nombre está apuntado casi desde que nació. Irá al mejor colegio de magia del mundo.
- ¡Hogwarts! ¡Hogwarts! - cantaban los gemelos P.
Siete años allí y no se conocerá a sí mismo.
-Pues yo lo veo igual de flaco cuatro ojos - dijeron con burla los gemelos W.
- Dejen de molestar a Harry - les reprendió Molly y los dos hermanos se callaron
Estará con jóvenes de su misma clase, lo que será un cambio. Y estará con el más grande director que Hogwarts haya tenido: Albus Dumbled...
—¡NO VOY A PAGAR PARA QUE ALGÚN CHIFLADO VIEJO TONTO LE
ENSEÑE TRUCOS DE MAGIA! —gritó tío Vernon.
- No prometo llevarle flores a su tumba - dijo dramáticamente Edgar.
- Si, mira que insultar a Dumbledore enfrente de Hagrid - decía Hestia
Pero aquella vez había ido demasiado lejos. Hagrid empuñó su paraguas y lo agitó sobre su cabeza.
— ¡NUNCA... —bramó— INSULTE-A-ALBUS-DUMBLEDORE-EN-MI-PRESENCIA!
Agitó el paraguas en el aire para apuntar a Dudley. Se produjo un relámpago de luz violeta, un sonido como de un petardo, un agudo chillido y, al momento siguiente, Dudley saltaba, con las manos sobre su gordo trasero, mientras gemía de dolor. Cuando les dio la espalda, Harry vio una rizada cola de cerdo que salía a través de un agujero en los pantalones.
Los bromistas se carcajeaban de risa.
- Fuiste mi héroe ese día Hagrid - le dijo Harry a su amigo.
- Un placer - le respondió este con una sonrisa y continúo con la lectura.
Tío Vernon rugió. Empujó a tía Petunia y a Dudley a la otra habitación, lanzó una última mirada aterrorizada a Hagrid y cerró con fuerza la puerta detrás de ellos. Hagrid miró su paraguas y se tiró de la barba.
—No debería enfadarme —dijo con pesar—, pero a lo mejor no ha funcionado. Quise convertirlo en un cerdo, pero supongo que ya se parece mucho a un cerdo y no había mucho por hacer.
- Deberías ser merodeador honorario Hagrid - le decía Lunático en medio de risas.
- ¿Merodeador? - preguntaron nuevamente los gemelos.
Les explico después -  les dijo Harry.
Miró de reojo a Harry, bajo sus cejas pobladas.
—Te agradecería que no le mencionaras esto a nadie de Hogwarts —dijo—. Yo... bien, no me está permitido hacer magia, hablando estrictamente. Conseguí permiso para hacer un poquito, para que te llegaran las cartas y todo eso... Era una de las razones por las que quería este trabajo...
— ¿Por qué no le está permitido hacer magia? —preguntó Harry.
—Bueno... yo fui también a Hogwarts y, si he de ser franco, me expulsaron. En el tercer año. Me rompieron la varita en dos. Pero Dumbledore dejó que me quedara como guardabosques. Es un gran hombre.
Dumbledore sonrió ante la lealtad de Hagrid.
— ¿Por qué lo expulsaron?
—Se está haciendo tarde y tenemos muchas cosas que hacer mañana —dijo Hagrid en voz alta—. Tenemos que ir a la ciudad y conseguirte los libros y todo lo demás.
- CambioDeTemaNivelHagrid - dijo Charlie
Se quitó su grueso abrigo negro y se lo entregó a Harry
—Puedes taparte con esto —dijo—. No te preocupes si algo se agita. Creo que todavía tengo lirones en un bolsillo.
Hagrid marcó la pagina y cerro el libro - Así termina el capitulo - dijo con una sonrisa.
- Bien, creo que sería mejor almorzar, quiero suponer que esa puerta lleva a las concinas ¿no es así?-  les pregunto a los de futuro.
-Si profesor, así debe ser - le respondió Neville que conocía muy bien el funcionamiento de la sala.
 - Bien en lo que traigo los alimentos conversen una rato- y diciendo eso se levanto de su siento y se fue.


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